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domingo, 17 de diciembre de 2023

Argentina nueva era, con recuerdos de antaño

 Domingo. Están todos pegados a los televisores, pero está vez no es futbol.  Cuatro trabajadores – el que parece que está al mando, el de la recepción, de vigilancia y de limpieza- , están pegados tras el mostrador viendo ensimismados en las pantallas. Cualquier frase puede cambiarlo todo. Vamos por todo. 

Pregunto tímidamente si está abierto y se puede visitar, y con un “Che, por supuesto”. Con mi llegada inoportuna al museo, según me dicen, hoy comienza una nueva era en Argentina. Javier Milei está asumiendo la presidencia. Me despachan rápido indicando con la mano, para que visite la impresionante Mansioón Stoppel, donde se encuentra el Museo de Carlos Alonso. Todo para mi solo.

 

Otras elecciones - Boca Juniors

Regresamos en momentos cruciales para la nación, y eso se palpa en el ambiente. Calles vacías, sin coches, ni personas. Se escucha el agua pasando por las acequias que inundan la ciudad. Será del deshielo, porque aquí no llueve.

 

Lo que se respira es que la gente quiere cambiar y que vuelva a ser la nación orgullosa que era. El primer país independiente, liberado en 1810 por el libertador de San Martin. Ahora deben volver a serlo. No hablan mal de nadie, o de todos, solo quieren que cambie y que comiencen a levantarse, sabiendo que primero va a tocarles pasarlas moradas. Cuentan con que las reservas en moneda extranjera, les sea suficiente. Los sueldos la mitad, los precios por las nubes para unos y para nosotros, por los suelos.

Es imposible. Carne de primera y raciones bestiales, a precio de ganga. A pesar de que han doblado el precio de la comida, el cambio de divisa ha sido superior, por lo que más de un kilo de chuletón – que aquí le llaman Ojo de bife con hueso ($4790), lo han doblado y ahora nos cuesta $9350 – vamos que antes era regalado porque salía a 13 euros y ahora aún más, no llega a los 10



Sin contar que, en uno de ellos, al pedir calentar un poco la carne, porque no hay quien se lo coma de una sentada, cuando vuelven a traérnosla, gran sorpresa. Hay una ración mayor a la inicial. Al reclamar que eso no era, que era mucho, se encoge de hombros la camarera, diciendo que el cocinero nos lo habrá dado de propina. Casi nos da algo. Las risas vienen después, cuando los inexpertos camareros regresan, literalmente a quitarnos la tabla, porque era de otra comanda.

En cuanto a la recomendación gastronómica, sigo con el mismo restaurante y el mismo plato. El restaurante, el Asadito (Avenida Sarmiento 755), y el corte : Ojo de bife con hueso .

 

 

 

Va a ser muy duro, pero espero que lo consigan. Es una preciosidad y un inmenso país.

Nota- A mitad del viaje, trás las medidas del gobierno, el peso argentino sufre derrumbe histórico de más del 54 %. Ya no hay precios en las tiendas y el dinero cambiado, a la mitad. Menos mal que lo habíamos fundido casi todo en asados… Los temores, se han cumplido.

sábado, 2 de diciembre de 2023

Los remedios de los cachanillas: triple T

Tras un sonoro estornudo.


A todo se acostumbra uno, menos a no comer, me dice Alejandro el taxista con sorna. Cachanilla puro -les llaman así a los de la frontera de Mexicali, por un arbusto resistente de la zona- tiene ganas de hablar de épocas mejores.

 


Nos cuenta cómo ha cambiado la ciudad, en las formas, pero que el fondo es similar desde el origen. Al pasar por la plaza, le pregunto sobre cuándo es la época de festejos.

La respuesta, se deja esperar, pero al final con un poco de tristeza y “bajando dos líneas “, nos informa que en el estado de Baja California los toros están prohibidos y por lo tanto, la plaza en desuso. Pero que él sigue siendo buen aficionado y por la conversación, se le nota que está al día. Él se enganchó al arte de la tauromaquia porque de chiquito vendía tabaco en la plaza, para ayudar en casa y se quedaba ensimismado viendo las corridas.




Poco a poco el estornudo se convierte en mocos y pasa rápidamente a fase trancazo.

Parece que lo he cogido con fuerza – le digo al médico, para que me dé alguna pastilla para superar el dolor de cabeza, porque el trabajo no me permite parar.

Risitas en el servicio médico. Las medicinas tradicionales no funcionan.

En la obra, lo que me recomiendan es el remedio puro mexicano, la triple T: Una tarde de tacos y tequilas. O se me pasa o se me olvida.

 

En cuanto a la recomendación gastronómica difícil elección. No me siento con fuerzas para saborear todos los días las carnes de Sonora. La mejor, en el Restaurante Mochomos  Calz. Manuel Gómez Morín 799-local 9-a,, la costilla cargada , impresionante. 350 gramos junto a un gran único hueso, bien jugosa.

 

Asi que me conformo con una buena muestra de las entradas de la zona:

·       Taco Gobernador De machaca de camarón con queso.

·       Tacos de camarón al chiplote

·       Quesitaco de Res: Arrachera, costra de queso, aguacate y aderezo.

·       Taco Che: El taco argentino. Filete de res, lechuga tomate, aguacate y chimichurri.

·       Taco María: El taco mexicano. Arrachera, guacamole y frijolitos.

·       Tripitas de Res: Botana de Antaño Crujiente +Guacamole de la Casa

·       Taco Kalifornia : Chile California + Camarón+ Filete de Res +Queso Gratinado Salsa Borracha +Crema

·       Taco cachanilla: Chambarete+ Trozos de Pulpo+Salsa de Aguacate

·       Taco de pulpo zarandeado: Pulpo+ Cebolla Cambray + Piña Asada + Pico de Gallo + Salsa de aguacate

 

Unos pican más y otros menos, pero todas las noches termino con el morro caliente. El más fácil de comer el primero, el más sabroso el último de la lista.



Semana dura y está claro que seguir solo la mitad del remedio no ha servido. Tomo el vuelo con la mochila cargada de una gran variedad de tacos, pero bien griposo.

 

domingo, 19 de noviembre de 2023

Singapur tormentoso

Aprovechado a tope el poco tiempo de descanso, visitando a la carrera todo lo que cae a mano, comenzando nada más aterrizar en la isla, ya que hay que aguantar como sea despierto, para conseguir hacerme al cambio horario, que está vez es el doble, porque empalmo con el viaje anterior.

 Muy curiosa la “National Gallery Singapore” ubicada en los antiguos edificios donde se encontraba el Ayuntamiento – donde las fuerzas japonesas se rindieron oficialmente a los aliados en 1945 - y el Tribunal Supremo – donde un año más tarde se celebraron los juicios por los crímenes de guerra- que choca un poco con el arte moderno.  A la salida, me doy cuenta de que poco voy a hacer con el paraguas plegable que he traído. Increíble ver llover de esta manera.

La semana pasada por agua, y cuando va acompañado de tormenta eléctrica, impone respeto. Una cortina de agua que paraliza todo.  En la oficina es imposible escucharse, ni mis propios pensamientos y mucho más difícil mantener una conversación telefónica. Menos mal que escampa rápido.  



Han conseguido ser casi autosuficientes entre las desaladoras, el reciclaje y la alta captación de agua de lluvia, queda lejos la época en que cuando su vecino se enfadaba con ellos y les cerraba el grifo. Consiguieron la independencia sin pedirla, no tenían recursos, ni tan siquiera agua, pero fíjate ahora… Es curioso ver como los edificios y calles del país, están preparados para maximizar el aprovechamiento del agua. Lo tienen claro, es un bien escaso.

Y en el ultimo momento, gracias a Victoria y a David, unos anfitriones de lujo, me llevan de excursión hacia el norte para ver el Changi Museum, donde hay que seguir a un robot que va pasando de sala a sala, contándote la historia de los prisioneros de guerra – afeitados y con la raya del pelo perfecta- durante la ocupación japonesa. Al final no me entero, si el que escribe su diario consigue reencontrarse tras la liberación con su señora…



Como está todo más o menos cerca, visita al Kampong Lorong Buangkok, la última pequeña aldea por lo que está protegida. Curioso caminar entre los jardines y gallinas, entre las distintas casas, rodeado de modernidad. Al salir, uno de los aldeanos, montado en su vieja bicicleta, se hace perfectamente entender que es propiedad privada y que no somos bienvenidos.

Nos vuelve a pillar la chaparrada del día, pero esta vez bien protegidos – solo nos mojamos por dentro- en el bonito barrio de Joo Chiat, con coloridas tiendas de dos plantas y casas con fachadas muy bonitas y soportales, por los que se ve como hacen la vida. No parece que les importe que les miren, ni una cortina.

Y para terminar, antes de tomar el vuelo, escapada al museo de ArtScience, un edificio impresionante por fuera- con forma de flor de loto- , aunque por dentro, yo creo que los más sorprendidos son los niños. Divertido verlos persiguiendo mariposas. 

Es lo que tiene mezclar arte moderno y tecnología, que yo no lo entiendo.


En cuanto a la recomendación gastronómica, aunque parezca mentira, lo que más me ha sorprendido es el Nasi Goreng del hotel Holiday Inn. Un arroz frito picante con gambas que quita el sentido.

 Por cierto, ahora otra vez tormenta.  

!Que manera de tirar agua! Normal que el traje mas popular sea pantalón corto y chancletas de piscina.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

Valladolid escapada dominical Chichén Itzá

Con lo que a mi me gustan las aglomeraciones y las colas. Se esperan 15000 turistas en la zona arqueológica.  Según me cuentan, los domingos es gratis para los residentes y mexicanos, a lo que hay que sumar hordas de autobuses que llegan desde Playa del Carmen.

Pero la vida te da sorpresas. A quién madruga, Dios le ayuda. Mucha suerte. La masificación no es en las primeras horas. Visitar esta maravilla a tu ritmo, sin mucha gente y sin el calor abrasador del medio día, es un lujo, pero hay que vencer la pereza, no siempre es fácil sacar la reserva de energía para temas culturales.


La visita ha sido como una gran yincana, tachando uno a uno los puntos imprescindibles de la ciudad, (pirámide, templo de los guerreros, plaza de las columnas, juego de pelota, convento de las monjas, los cenotes, casa de Balam…) menos mal que me dan planito a la entrada…

Si me tengo que quedar con una, elijo el observatorio, con la escalera en forma de espiral de su interior. ¡Menudos artistas!



 Aparte de encontrar el segundo cenote que se me resistía, la verdadera prueba ha sido sortear a los “tentadores” puestos de souvenirs, a precio de ganga. Productos de primera calidad, todo artesanal y valiosos, ya que como siempre, son únicos. Yo sé de una - que también ha heredado el gen paterno- que hubiera salido con el kit completo: imán para la nevera, pirámide, silbato del pájaro del paraíso y el que suena a jaguar - este lo he pillado - calendario maya, camiseta, traje popular, pulsera malla, el vidrio para mirar el sol de obsidiana bien pulida …

 A medida que avanza el reloj, la sensación térmica es cada vez más intensa, por decirlo fino, y eso que dicen que es la temporada buena. Me arrepiento de no haberme comprado uno de los baratos sombreros a la entrada. No siempre se acierta.

 


Cuando ya he terminado la visita, curioso contemplar a los “corrillos de guiris”, intentando comprobar la espectacular acústica de la pirámide, aplaudiendo frente a una de sus cuatro escalinatas. Lo que a la mañana era sorprendente ya que se propagaba el sonido por las paredes, ahora es un sindiós. ¡Que hubieran madrugado!

Concluyo la visita, a toque de corneta, pero cuando comienza la hora del aperitivo. Prueba conseguida. No puedo reprimirme y me tomo la cerveza más cara del viaje, casi cinco eurazos, pero me saben a gloria. Entiendo claramente, porque los locales no están abarrotando él local.

En cuanto a la recomendación gastronómica, además de la arrachera, que es el corte de carne que más repito, me quedo con los tacos de tortillas de camarones capeados (rellenos de guacamole, col, zanahoria, alioli de chipotle, cebolla encurtida) en el Yakunaj, en la calle 41. Nº 224 en Valladolid. Te dejan el morro dormido, pero merece la pena, un espectáculo.

 


Hay que tener cuidado para donde miras, sin darte cuenta, …  gabacha impertinente. Menos mal que hay buenos camareros y que tengo un bajo nivel de francés, porque vete a saber que ordinarieces me decía.

 

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sábado, 4 de noviembre de 2023

Festival de las Animas en Mérida

Mientras me dirijo hacia el cementerio general, para entrar con buen pie en las cultura de los muertos, me pregunto si hubiera sido mejor venir de día -con el miedo que tengo yo a estas cosas-, pero es una semana a nivel de trabajo, bastante saturada, así que no hay otra que si quiero verlo, desviarnos e ir en plena noche. Un valiente. 

 


Nada más llegar me doy cuenta de lo equivocado que estaba. La aglomeración es tal, que la calle central se parece a Pozas en día de partido. Un poco decepcionado, soy uno más dentro de una masa ingente de curiosos, que poco tenemos que ver con la tradición ancestral prehispánica.

Por muchas flores de cempasúchil – la flor de los altares- que pongan para marcar el camino de las animas de los difuntos de regreso a sus casas lo tienen dificil. Hasta la mismísima Catrina – la mujer esquelética y elegante- se pierde seguro entre tanta gente.

 

Emulando a la muerte en la avenida de ...


 

Una fiesta popular, pero no es el bonito recuerdo que tenía. Una pena. Turistas extranjeros y nacionales atraídos por las celebraciones del Día de Muertos acuden en masa, para contemplar las ofrendas dedicadas a los difuntos en la plaza grande de Mérida y luego a escuchar la Vaquería de las animas. 

 


En los altares, con las ofrendas, me atrae la idea de poner fotos junto a la comida que al familiar le gustaba. Yo hoy en día, en la única tumba que visito, no sé qué pondría. Igual un bocadillo de jamón con tomate. Y a mí, por si acaso, llevarme cabrito asado y una botella de tinto.

 

En cuanto a la recomendación gastronómica: El Restaurante Maria Raíz y Tierra (Avenida Colon 500), comida muy especial, a base de entrantes: “Pescadillas” unas tortillas con relleno de pescado y tomate que sorprenden, el “Pimito Castacan” unas tortillas más gruesas con aguacate y queso y para terminar unas tostaditas de guacamole con pico de gallo y chapulines. Los saltamontes si no adviertes te los sacan molidos.   

 


Y como no podría ser de otra manera, pruebo todo lo que me dicen que es típico de la semana de muertos, el “pibe enterrado” un tamal gigante de pollo y puerco, o el famoso “pan de muerto” – que tiene el mismo sabor que nuestro roscón de Reyes.

 

Me paso el día comiendo, duras las digestiones. A ver quién se atreve a pesarse a la vuelta.

 

jueves, 26 de octubre de 2023

Al Zubara

 

Buscando que se puede ver por la zona, consigo que antes de volver a Doha, nos desviemos para ampliar un poco nuestra cultura turística: Una ciudad digerida por el desierto, es ahora el mayor patrimonio arqueológico de Qatar y está a solo media hora de la obra.

Cuando pido referencias no parece que sea uno de los destinos preferidos. Es lo que tiene estar centrado en el trabajo, que cuando paras, solo te apetece dejarte llevar y descansar, pero ante la pereza, diligencia y porque no, un poco de insistencia.

 


Al principio un poco de desilusión, porque no encontramos como acceder y parece que no hay mucho que ver. No siempre se acierta- pienso para mí, que después del desvió y lo cansados que estamos no parece que haya sido una muy buena idea,   pero al ir a preguntar al fuerte que domina el área, nuestra suerte cambia.

Se está organizando la visita en un minibús para un pequeño grupo, -además gratis-. en el que va una arqueóloga holandesa. Por cierto, una decepción, no llevan ni látigo, ni sombrero de ala ancha. Me imagino que, si el guía la hubiese detectado antes, nos hubiera contado la mitad de berzas.

Están destapando, muy poco a poco, lo que se supone fue la espléndida y muchas veces asaltada metrópoli del golfo:  Al Zubara. El negocio de las perlas consiguió que, tras cada asalto y cada incendio, volviera a renacer. Fue conquistada por kuwaitís, saudís, bahreiní, otomanos…y por supuesto los ingleses. Hoy en día quedan vestigios de kilómetros de murallas y fortificaciones que no sirvieron de mucho.

Un trabajo titánico por la gran superficie y los pocos meses hábiles de trabajo, reconstruyendo, y volviendo a levantar lo que se les cae entre temporada y temporada arqueológica, el desierto no perdona.


Lo que más me llama la atención, es que una ciudad de más de diez mil personas, con palacios, grandes casas de mercaderes, mezquitas, fábrica de vidrio y las “madbassa”, unas prensas para obtener la esencia de los dátiles, se abasteciera con solo un pozo a 2 kilómetros de distancia, pero lo que primaba era el mar. Muestra de ello, el zoco, el centro neurálgico está pegado a la playa. Por los restos que han encontrado, dan una idea del alcance cosmopolita de la ciudad, porque han encontrado hasta cerámicas europeas, chinas y japonesas. Lo que significa que llegaban los mejores productos que en la época se podían conseguir, todo lo que el resto del mundo podía ofrecer, a cambio de las exquisitas perlas.

Lo que la hizo crecer, fue lo que la elimino del mapa. Al aparecer las perlas artificiales en el mercado, dejó de ser rentable y fue poco a poco olvidada, hasta su desaparición.  Algún día, pasará lo mismo con nuestras plantas industriales.

 


Como no podía ser de otra forma, recomendación gastronómica: A pesar del lujo, me quedo con uno de poco glamour: ABO SHARIHA, elegido sin dudarlo por las iniciales.  Buenísimo , un escándalo, el "falafel sándwiches" con hummus, por solo 5 QR  en medio del moderno y turístico Souq Waquif.

 

domingo, 8 de octubre de 2023

Chile- un pasado con memoria


Chile me recibe con un sol veraniego y un clima invernal, y no solo me refiero a las condiciones climáticas. Demasiado seguido este viaje. No me he recuperado bien desde Polonia.


Pues sí, una dura semana, que pone a prueba muchas cosas. Tensiones, discusiones repetidas a lo largo de los años. Hay que creérselo, porque si no, no aguantas, y ahora viene el reto de los próximos recortes. Difícil, hay que organizarse.

Siempre hay que ver el lado positivo. Siempre hay algo, aunque sea la grata sensación de la vuelta. Cuando veo a compañeros con pereza, me siento afortunado. Gracias a Dios, pertenezco al sitio de donde he partido, ya que volver para marcharse, es como no haber vuelto, por eso solo regresamos a casa los afortunados que sabemos cuál es el lugar al que pertenecemos y para eso, con unas horas es suficiente.

Me llevan a comer a La caleta Lenga. Es una playa llena de restaurantes en la Bahía de San Vicente, y me recomiendan el caldillo de congrio con huevo que tanto le gustaba a Neruda, calienta el cuerpo. Hasta le hizo una oda a esta gran sopa. Se lo merece.

De regreso de Concepcion, unas horas para redescubrir Santiago de Chile. Como va cambiando. Cincuenta años después, en la Plaza de la Ciudadanía, detrás de la Moneda, a buscar recuerdos que no se pueden olvidar del levantamiento militar del 11 de septiembre. 



En la mejilla de la estatua de Diego Portales. Bajo el ojo, un orificio que no la creó el escultor. Una bala perdida es lo que queda. Al ministro le trataron con saña y un tiro a quema ropa en la cara, en el mismo sitio que la escultura, es lo que le mató.  El resto de la batalla y todos los edificios se han restaurado.



El museo histórico nacional, en la plaza junto a la catedral, entramos a ver la exposición: "50 años después golpe en la memoria".  EL reclamo de memoria, verdad y justicia. Explicando cómo consiguió tener éxito y una vez sembrado, los medios para que permaneciera. ¿Algún día veremos algo similar a lo de Chile y Argentina?

Duro, salimos con el corazón en un puño, así que salimos a ver la vida, y donde mejor que al mercado. Te alegra el alma.

En cuanto a la recomendación gastronómica, un sitio de los auténticos. ¡Que envidia!  


La Piojera, una taberna con vida, enfrente del mercado, en las que se canta y se come. 

Nos tomamos el aperitivo recomendado, un terremoto amargo (vino blanco, helado de piña, sin granadina y con licor amargo) que según la tabernera cuando sales de la "chingana" - trás el terremoto y la replica-  es como si sintieras un autentico temblor en vivo.




sábado, 30 de septiembre de 2023

Polonia en octubre

 


Acceso al avión, cara de sorpresa y sonrisa, al ver los pantalones cortos de ellos, cubriendo las piernas con las largas medias, y las azafatas portando delantales con brillantes botones plateados y ceñidas camisas blancas. Vamos para Varsovia pasando por Munich, es lo que tiene octubre, que Lufthansa se pone el traje tradicional, mucho más gracioso para los hombres.

 


Según me comentan, he traído el buen tiempo a Plock, parece que no es normal estos calores, época de lluvias y bajas temperaturas, pero las sensaciones son primaverales. Los días cada vez más cortos. Aprovechamos para dar un paseo bonito en una tarde dominical, en previsión a la dura semana que nos espera, por la zona antigua medieval. Voy aprendiendo. Esta vez sí que he conseguido hotel en el centro. Menuda diferencia. Está todo cerca.

Una semana corta y de locos, con demasiadas actividades propuestas. En el Hotel Tumski con camitas que podrían servir para el decorado de Blancanieves, desayunos buenos - no sé muy bien por qué - bajo una sonrisa continua y las cenas muy ricas, pero el cansancio nos puede.



A la vuelta noche en Varsovia, paseo por el casco viejo, para saludar a la sirena y una cena rápida. Cada vez me gusta más y me parece una muy buena opción para ir un fin de semana.

En cuanto a la recomendación gastronómica, me quedo con el flaki, la sabrosa sopa de callos de cerdo y ternera del restaurante en la plaza de Plock en el centro historico  " Plocki Salonik Babci Krysi". 

 



Ahora, en el aeropuerto leyendo las primeras líneas, me doy cuenta de que hasta las risas de mi acompañante se han ido reduciendo a medida que el cansancio se apodera de nosotros. Mi brazo se lo agradece.

martes, 19 de septiembre de 2023

Córdoba, con solera



Un viaje en el tiempo, intenso. Desde los romanos que fundaron “Corduba “, ha llovido mucho…Para nosotros tampoco ha sido en un pestañear, ni mucho menos, como nos dijo Susana, la guía, en la plaza de las “Tendillas”, empapados bajo el chaparrón. Al “Gran Capitan”, el tiempo se lo marcan por soleares, con el reloj flamenco, aunque a media noche, el duende parece que se ha ido a dormir.  

 Mucha cultura, pero lo que más envidia me da de esta milenaria ciudad, sin duda alguna, son los bares genuinos, con historia, como el grupo en el que me acoplo. Yo, un intruso.

 


De camino al museo de Julio Romero de Torres, donde queríamos ver a “La Chiquita Piconera” -más desafiante que triste-, nos topamos de chiripa con la Taberna Sociedad Plateros (San Francisco 6 junto a Plaza del Potro) de 1872. Se nota el cariño y el orgullo con el que nos explican las vivencias de decenas de años. Finos, partidas de dominó y muchas comidas con sobremesa. Las fotos de las paredes lo atestiguan, por ejemplo, en el rincón donde se reunía el califa comunista. Bastante más que un asiduo cliente.

 

No puedo dejar de nombrar a la “Taberna Burlaero” -en andalú- , protegidos por los caldos de la benemérita, entre tanto toro. La encontramos callejeando por la judería, intentando librar los azucaques sin salida. Grandes momentos, esquivando a los camareros subiendo los menús, por la concurrida escalera al primer piso,

 


Sin olvidar, la alegre y concurrida “Taberna Guzmán”, con el olor de la Alhóndiga de toda la vida y sus maravillosos carteles de las corridas de los años 20, con alegres mujeres y parroquianos de toda la vida. Algunas prueban su primer finito. Un lujo.

 

Noche del Patrimonio- una suerte, con micro conciertos por distintas partes del casco antiguo. Como no podría ser de otra manera, terminamos entrando en la mezquita catedral.

La visita nocturna amplía las sensaciones. ¡Viva los romanos!!! Alguien tuvo que trabajar, ya que es claro que tanto los árabes, como los cristianos reciclaron bastante, por lo que es difícil ver entre las mil doscientas columnas, varias iguales.

 


 En cuanto la recomendación gastronómica, me quedo con la Taberna San Miguel (Casa Pisto) que era la casa de una familia y mantiene su distribución.  Al gran grupo, nos colocan en un reservado con azulejos, como en casa, donde degustamos una amplia gama de platos tradicionales en uno de los locales más antiguas de Córdoba. El salmorejo nos encantó, y la mazamorra. Aunque lo que más me sorprenden, son las manitas de cerdo.

Manuela muy maja, acierta de lleno con las cantidades y con “el tardeo “que debe ser una tradición en los viajes de este grupo. En la ribera del Guadalquivir, en el “Vo-raz de Julio”, donde terminamos bailando al son de las canciones de los noventa. Pero esa es otra historia del grupo, en el que los que no están, son nombrados. Se les siente cerca.

 


 

sábado, 9 de septiembre de 2023

Vuelta a empezar- Varsovia

 

Menos mal que hay rutinas que tranquilizan antes de iniciar un viaje. Casi sin pensar, como un autómata, sigo los pasos previos a la partida. Temo que se me va a hacer duro volver a la realidad y separarme de los seres queridos. No temo al trabajo duro, pero cada vez me da más pereza las compañías.

En el taxi que me recoge de madrugada para emprender mi viaje a Polonia, solo pido que sea sin sobresaltos y con pocas aventuras, … Ya en el aeropuerto, me olvido de todo. No me da ni tiempo.  La vorágine se apodera de mí, el trabajo pendiente y comienzo a rodar con la inseparable maleta de cabina.  Demasiadas cosas para tan poco plazo, menos mal que hay rutinas y tranquilizan.

 

 


Al final de la semana, muy intensa, unas horas para pasear por Varsovia. Intentando ir al museo del alzamiento, que según internet cerraba a las ocho, me lo cierran en las narices a las seis menos cinco - una pena- , pero gracias a ello, descubro una ciudad moderna y dinámica. Una bonita sorpresa.

 

 


Visita relámpago al mercado Hala Mirowska. Mujeres cansadas vendiendo a la puerta, unos pocos hongos, flores y unas pocas verduras contrastan con los puestos extremadamente ordenados de productos frescos ...

¡Mira que he visitado mercados por distintas partes del mundo, pero nunca he visto una “exposición” de huevos! Todos tan homogéneos, limpios y ordenados. Tiene que ser difícil elegir.

 

 


Recomendación gastronómica, en la ciudad antigua en la plaza Rynek Starego Miasta, vuelvo, al restaurante Bazyliszek protegidos por la atenta espada de la Sirenita del escudo de la ciudad y controlado por el dragón de la entrada. 



Otra vez, a pesar de que estaba advertido por las previas visitas, pido demasiado. Una alegría para el cuerpo. Para la espera, que es corta, nos sacan unos panes con unas salsa agria muy agradable, luego comenzamos con un entrante ligero pero muy grande , un exquisito carpacho de salmón con alcaparra y de plato principal , un crep gigante  - Placek po zbojnicku z lesnymi grzbybami i surowkami o similar- relleno de setas espectacular . Lo que me recomienda la alegre camarera, que practica su castellano, bajo sus medias blancas, enseñando las rodillas.



Una auténtica carga de profundidad para el estómago.  Tras la reprimenda y cachondeo por no poder terminar con el plato, invitación de la casa a una copita de natillas y a un wisniowka, un digestivo de cereza, que debe ser típico de la ciudad y no podemos irnos sin catarlo.

Menos mal que hay paseo de vuelta, al final según el teléfono casi la veintena de kilómetros,  llego al Hotel reventado, pero satisfecho, volvemos a estar “de visita por el mundo “. 






Preparándome mentalmente para un trimestre de final de año que promete estar cargado de millas y muchas experiencias. 

 Animado. Como he leido recientemente:“Que muchas sean las mañanas de verano en que llegues -¡con qué placer y alegría!- a puertos nunca vistos antes "

 

sábado, 2 de septiembre de 2023

La Puglia

 ¡Bravo!

Aún se mantiene la semana veraniega en familia. Bonita escapada estival.

Lecce.

Llegamos en plenas fiestas, iluminada la ciudad por cientos de bombillas para conmemorar los milagros de Sant’Oronzo que protegió según nuestro guía - Maximiliano- a la ciudad de la peste y de un fuerte terremoto.

Me sorprende, por lo poco que vemos de ruinas de la época de los romanos y la mucha influencia de los españoles. Lecce destaca por sus edificios barrocos del Emperador Carlos V, aunque a mí lo que más me llama la atención es la cripta de la catedral en la Piazza del Duomo, no me esperaba para nada esa amplitud y luminosidad.

 

En cuanto a pueblos bonitos...

Me quedo con Alberobello famoso por los "trullos", unas casas blancas con el techo cónico que podía derribarse rápidamente para esquivar los impuestos. ¡Viva la picaresca!


Otranto. 

Es la ciudad más oriental de Italia, con unas callejuelas preciosas en su casco antiguo y el impresionante Osario de Mártires que se encuentra en la Catedral con todo el suelo decorado con un gigantesco mosaico.

Caemos en el error de pagar por visitar su Castillo Aragonés, al no aparecer la guía con la que habíamos quedado en la puerta de acceso. Las vistas son iguales desde la muralla exterior y lo de dentro, no merece y la exposición de cuadros con “muy poca técnica “según el proyecto de ingeniero de la familia

La mar.

Como bien nos dicen en la recepción del hotel, las playas en esta zona- el tacón de la bota de Italia-  se eligen según por dónde sople el viento, ya que las aguas cristalinas, facilmente dejan de serlo.


En cuanto a los baños desde playa o puerto, no nos ponemos de acuerdo. No es fácil, ya que hay muchas y buenas opciones. Para algunos la Spiaggia Torre Guaceto que era una reserva natural, en la que nos llevan en trenecito porque no dejan pasar los coches.


Como recuerdo nos queda la puesta de sol desde el chiringuito de Punta della Suina, que a algunas les trae a la memoria a los Durrell. Espero que no enviude mi querida esposa.

En cuanto a la experiencia acuática patrocinada por el menor de la saga y promovida por la mayor del grupo, inigualable el recorrido en lancha por la costa del Adriático.

 Maravillosa experiencia geológica, - estratos, con las cuevas , aprovechamos para ver el “panteón” antes de que se desplome - y la riqueza del fondo del mar. Algunos hasta persiguen a una raya en la Bahía “Mulino del acua”. El aperitivo más caro de mi vida servido por el gran Miquele, no se me olvidará fácilmente.


 En cuanto a la recomendación gastronómica no es fácil la elección, tras probar las albóndigas de caballo (polpete di cavallo), la pasta con garbanzos (Ciceri e tria) , los orechetti y demás platos típicos de la cocina de la Puglia… y la larga cata de cervezas del primogénito que se queda con la Anarkica y aunque la más repetida por relación precio calidad es la “Nastro azzurro”.




En Lecce lo tenemos claro, por votación familiar, nos quedamos con Ristorante “Il vico del gusto” -en la calle Vico dei fieschi 14-  importante no saltarse los antipasti ( Fettucina di seppia y los pasticciotto fiori di zucca) . De platos nos decantamos por el risotto camouflage (cotto all'acqua di pomodoro, calamaro, cozze, clorofilla di prezzemolo e crema di aglio nero fermentato) , los raviolo cacio e pepe y el Tagliolini Pluma.

 

Un lujo de viaje y de compañía. Gasolina para el motor, habrá que volver a ahorrar para el próximo año.


miércoles, 23 de agosto de 2023

Del mar al monte en vacaciones

 Cuando estás de vacaciones ... ¿Qué más se puede pedir?

Atardecer en la bahía de Plencia recordando tiempos pasados en busca de los deliciosos txipis.

Aunque la pesca fue buena lo mejor no fue eso.

 


Amanecer y de paseo por Cantabria siguiendo el canal de agua que nos lleva desde debajo de la ermita de las Nieves al pantano de Juncal con un controlado desnivel del 1% entre robles y hayas .


 


De lujo en lujo. Bonitos días , aunque sea la ola de calor.

 

Para comer, volvimos a repetir en el mesón Villarias en Carasa, en el jardín, más de una década desde el descubrimiento. Continúa siendo un lujo. Según dicen los mejores huevos de corral con patatas fritas, aunque el churrasco estaba impresionante.