Translate

martes, 26 de junio de 2018

Noche de San Juan en Argelia. Cool living under hot circumstances



Terminado el Eid Al Fitr -la fiesta del fin del Ramadán- se nota que los locales aún no han llegado. En su mayoría, los trabajadores siguen alargando la estancia con sus familias, poco a poco van regresando a la vida laboral.


El cumple del Bautista, uno de los días más largo del año y las noches más cortas. Cuando pregunto por las hogueras, se ríen. 
Aquí, no es cool la diversión:
¡Bastante fuego tenemos durante el día!
A pesar de lo mucho malo que quemar, no hay intención de purificar. Fiesta, religión y fuego. Cuanto por mantener y exportar. Una pena no mostrar parte de nuestra cultura y hacer algo distinto. 




Además, está el fútbol.
El mejor sitio para seguir un Mundial, cualquier día de la semana...
Hasta un Polonia - Colombia tiene su rivalidad, con representantes de ambos equipos en estos remotos campamentos. 



Con la fresca. Noches de grillos ¿De donde salen en mitad del desierto? Una buena pregunta.


Sí, ya sé que el calor es un tema típico de estas fechas, pero cada vez que estando trabajando, superó los 50 a la sombra, no puedo dejar de mencionarlo. Aunque al no haber humedad, se tolera mejor. Cuando me cuesta andar por obra, solo me queda recordar el otro extremo. Eso me anima. Pensar que en otras hemos estado peor, ya que no tengo tanta resistencia al dolor del frío. Sin dudarlo prefiero las altas temperaturas, al frío extremo de mis épocas en Rusia, Canada  y la dura Turquía. 


Por cierto, en las condiciones extremas, al límite del termómetro, hay una cosa buena -o puede que sea casualidad- y es que se reduce la población de "moscas pesadas" que me han perseguido esta semana. A partir de los cuarenta y cinco, su molestia es inversamente proporcional.

lunes, 18 de junio de 2018

Mirando al mar








Hondarribia
Ciudad pequeña, tan bonita como recordaba. 
¡Que alegría da ver toda la escala “pantone” en los balcones de madera pintados!


Aunque esta vez hay poca gente por el laberinto de estrechas calles con adoquines. La causa es fácil: Domingo tarde y mundial de futbol.
México, país hermano según el locutor, ganando a la poderosa Alemania. Los chicos imaginando lo que podría haber pasado,si su bisabuelo se hubiera quedado en Venezuela, trabajando en un hospital. Nada claro como todo lo de aquella época.



Biarritz-
Bonito lugar para escuchar historias sobre fronteras, pena del poco tiempo, además esta vez -menos aún- hay que regresar a casa porque nos habíamos olvidado un DNI. Miedos del pasado, porque ahora no piden nada.


Amama ¿Cuéntame alguna historia más de esa época?- Le pregunta el nieto. No se hace la idea, de que hace casi 80 años, los que se exiliaban eran los perdedores “con suerte” de Bilbao y quién se aventuraba desde las costas de Normandía en un barco, su familia.


                             


lunes, 11 de junio de 2018

Siguiendo a Picasso por el Reina Sofía




El tiempo fresco así lo atestigua: Escapada primaveral por Capital Europea. Madrid nos sigue descubriendo, poco a poco, sus encantos.
Ciudad de contrastes: mayordomos con sus libreas sacando a pasear a grandes perros por Serrano, los rockeros ochentones junto a los guiris arrastrando sus ruidosas maletas por Chueca y los numerosos pueblos con sus gentes, atrapados por la inmensa urbe.


Dura visita por el Reina Sofía, donde la propaganda de la guerra civil y las duras fotografías de la vida cotidiana nos hacen sentirnos aún más privilegiados, si cabe.
La sala donde está espuesto el Guernica es sin duda la que más atracción capta, siendo la planta y la sala más concurrida. Me lo esperaba aún más grande. Demasiado público.

El balcón hacia la vida del Hot Now, (Barbieri 14) tan bueno cómo sus pizzas en horno de leña. Todo detalles y la carne (roast beef de lomo bajo) una delicia.

Aunque la recomendación gastronómica es el Gastro de Chema en Malasaña por sus croquetas de setas, por la sinceridad del camarero sobre los “entendidos” del vino y el movimiento de la Japo Coca...


Ya me quiero enterar de cuál es la verdura con tanto ritmo, que nos hace recordar al pulpo en el fondo del mar.


viernes, 1 de junio de 2018

Kuwait Cultural (jacc-kw)

 
El calor hace de este viaje que sea muy poco apetecible los paseos, pero esforzándome y sudando más de lo que seguramente sea aconsejable, consigo no perder las buenas costumbres.

                         

Dejando aviso en casa de mi recorrido turístico, nada más dar la hora del “Iftar” me dirijo hacia Kuwait City, intentando:

- Aprovechar que las carreteras están vacías (mientras los musulmanes están compartiendo la comida nocturna con la que rompen el ayuno).

- Respirar del sol castigador. Aunque ciertamente las temperaturas no bajen mucho y yo sigo empapando la camiseta.

 

                     

Una gran sorpresa me estaba esperando en este viaje. A partir de ahora, mi percepción de Kuwait ha cambiado gracias a la visita al Sheikh Jaber Al Ahmad Cultural Center. Una apuesta clara por la cultura como fuente de atracción para la elite mundial.



El arquitecto que lo ha diseñado, sabía lo que se hacía y además disponía de los medios para convencer a los ingenieros de que se podía hacer. En otra inesperada travesía, me he vuelto a quedar asombrado de lo que pueden llegar a construir: La sintonía perfecta (la luna llena y la paz del lugar seguro que potencian el juego de luces y sombras) relacionando en mi cabeza las figuras geométricas de la Alhambra.  Agua, arboles, más luces, rodeando los cuatro grandes edificios que albergan el centro de la cultura: salas de exposición, opera, teatro, cine, biblioteca…

Como anécdota, el susto que me da la fuente musical. ¡En mitad de mi paseo nocturno ballenas! Todo sincronizado: el canto de las ballenas a todo volumen, el chorro al respirar y hasta el golpe en el agua cuando saltan fuera del mar. Lo que se dice, todo un espectáculo de luz y sonido.

 

Para hacer tiempo, esperando que terminen de cenar, paseíto por el zoco de Al Mubarakiya donde continuo siendo extranjero. Por cierto, me entristece ver, que en una de las entradas principales están construyendo un McDonald. Paseando por las cafeterías y los mercados de productos perecederos, intentando adivinar como hacer a la brasa tremendos pescados, se me pasa rápido el disgusto.

 

El elevado número de coches policías rodeando las plazas delante de las mezquitas, me recuerda donde estoy y que es mejor no estar en las aglomeraciones, así que decido regresar y dar señales de vida, aunque la batería del teléfono móvil no duro lo suficiente.