Un par de semanas en el campamento, con bastante calor, aunque aún no ha empezado la temporada, con rachas de fuerte vientos que durante el día hacen que inviertas gran parte de tu tiempo en evitar que la arena te conquiste los ojos, boca, oídos… pero que a la noche le dan – momentáneamente- un punto de belleza adicional, porque le ponen música a la luna. Los granos de arena impulsados por las rachas de viento parecen una melodía. Para unas pocas horas es agradable de oír, pero a la larga si tienes que pasarte meses escuchándola, seguro que te afecta al cerebro.
El viaje de regreso, demasiado largo y además está vez el vuelo Adrar, Argel no es directo. Hacemos escala en el aeropuerto de In Salah, en el centro de Argel. Al abrir las puertas del avión para el cambio de pasaje, se colaron gran cantidad de moscas que se debieron asombrar a su llegada a distinto y conocer el mar.
La recomendación gastronómica, el cous cous con verduras y carne del L'hôtel El Djazair ( hotel Saint Georges). Cuanto más tiempo estoy hospedado en él , más me gusta.
Acceso a la zona del gimnasio, piscina y terraza interior.
