En el Hotel de Santa Cruz, los Tajibos, cuando llegue estaban haciendo fotos a las modelos. Es fácil acostumbrarse a este tipo de alojamientos,
El director, la modelo, 3 fotógrafos...., pero lo mejor es el que sujeta la toalla.
Tras está breve estancia, me toco subirme en la avioneta, y directo hacia Palos Blancos. El paisaje que se ve desde el cielo no deja de impresionarme.
Cuando te parece que vuelas bajo, es uno de los momentos mágicos que los mantienes en la memoria por mucho tiempo.
La recepción fue como la estancia, parecía que estaban al acecho, pero está vez no me toco ningún tipo de paro, ni bloqueo.
Enormes cuervos encima de caraparis, que son los captus más altos que crecen en Bolivia. Yo los he visto de hasta 10 metros de altura.
Como punto a destacar de mi estancia, el restaurante de la Señora Esmerita, a 300 metros del rio Pilcomayo.
El trato es muy agradable, el local es austero, no ponen ni pan ni cubiertos... pero el sábalo que me comí estaba para chuparme los dedos. Recién pescado y a la brasa, un lujo.
El maíz lo hacen con un toque especial, sabe ahumado. Me dijeron que lo cuecen con un poco de ceniza y después se aclara bien, para que no quede rastro.
Sin nada más resañable, continuo viaje por carretera, unas dos hora y media pegando saltos por pistas que suben unos señores puertos de montaña, llegue a Yacuiba,
Estación ferroviaria Oriental de Yacuiba
Aun así, nos invitaron a comer carne Argentina. Y conseguí comérmela "sangrante", aunque alguno no estaba muy conforme.