Translate

miércoles, 29 de abril de 2015

Shah Shui Po District, Hong Kong

Hoy es un día especial. Solo faltaba la compañía. Una grata y gran sorpresa. En el viaje de regreso de China a casa, he conseguido disfrutar de medio día, en esta curiosa ciudad -de más de siete millones de habitantes- encajonada, por lo que los rascacielos y sus estrechas calles -en comparación a la altura de las torres- no me dejan indiferentes. 

Entre los grandes edificios, existen pasarelas interiores, que te permiten no pisar la calle, pero eso, sería una auténtica torpeza por mi parte. El callejear y curiosear, es lo que mas me gusta. Se nota la gran riqueza que se mueve en la zona, con los coches y tiendas de lujo más elevado por metro cuadrado que he visto en ninguna de mis anteriores visitas, pero a la vez tiene el encanto del desorden, de su vegetación y sus callejones. 



Pasas del gélido aire acondicionado de los edificios a la humedad y el olor a fritanga que se impregna de los puestos callejeros. 



En el Paseo de la fama, alguno que otro se tronchaba de risa. Me imagino que por la pronunciación a la hora de nombrar a mi héroe, Jakie Chan. De los pocos nombres que conozco.




Hemos comido muy bien, aunque estaba concurrido en Mak's Noodle en el 77 de Wellington Street, en el centro, una especie de sopa de manitas de ternera con fideos. Economico 54 $ HK pero hemos tenido que compartir mesa con otros dos sonoros comensales. Lo siento, pero no me acostumbro. 


Pero lo que me más me ha extremecido, hasta perder casi el sentido es el mobiliario urbano. 

¡Alcaldes del mundo! La solución existe. 

Cuantas veces hemos soñado con esta idea. Darle una utilidad a las plazas y a la hierba artificial. Dejar de construir campos de hierba artificial, para que jueguen al fútbol. Los árboles son naturales y da una alegre sensación. 



 En esta gran ciudad, donde están representadas las empresas -sobre todo de banca- más importantes del mundo, tienen organizadas áreas para " la famosa siesta" que mejora el rendimiento laboral. Ya es hora que les copiemos en algo.







Escapada por Guangdong


Cuando en la habitación de hotel, te ponen una linterna roja y una mascara de escape para actuar en caso de fuego, solo puede significar que has aterrizado en China.


El estrés para andar por las calles de la ciudad es grande. Los semáforos no se respetan, por ninguno de los dos bandos. Las aceras están pobladas de bicis y motos. ¿A quién se le ocurre poner un carril bici, en una alameda con menos de dos metros de ancho?
Los pasos de peatones,...es como jugar a la ruleta rusa, ...y hasta tienen el valor de señalizarlos hasta en las autovias de tres carriles. ¿Quién puede ser el osado que intente utilizarlos?


Mires para donde mires, te encuentras realidades que te sorprenden, como la “salchi-bici” con brasas, todo un clásico.


 

Como recomendación gastronómica, como plato me ha gustado el Nasi goren, un arroz picante con tropiezos y huevo, con pan chino – que aquí es blanco, en lugar de marrón y aceitoso.


"Orient king of Dumplings" seguimos la recomendación del nombre.

Una grata sorpresa fue el degustar los dumplings del sitio de la tarjeta, merecen la pena y muy económicos. Ni idea de cómo ir ni cómo se llama la calle, pero aquí se enseña la tarjeta al taxista y en paz.

 







domingo, 19 de abril de 2015

En busca del mayor petroglifo del mundo


Desde Santa Cruz, tomamos a las cinco de la mañana, la antigua carretera hacia Cochabamba, pasando El Torno, en Jorochito el camino comienza a ser más agradable, dejando la doble vía. En la Angostura tras recorrer los primeros 46 km, ya habíamos consumido una hora y eso que era la parte buena del camino.  El camino es impresionante, traspasando pequeños municipios como Cuevas y Agua Rica que están entre montañas con niebla.  Después de dos horas y media llegamos a Samaipata (84 km) en busca del mayor petroglifo del mundo.

 






Como siempre, lo primero pasear por el mercado y reponer fuerzas.  Las salteñas picantes, muy jugosas- pero sin líquido y sin aceituna con hueso, todo un detalle.



MERCADO MUNICIPAL: "Srta. CASTA HURTADO C."




Para subir al fuerte de Samaipata, que está a menos de 15 km del pueblo, nos costo mucho más de lo esperado. A 3,5 km en  “el Balneario” “Mama Pascuala” -de donde originariamente tomaban el agua cristalina para hacer la famosa cerveza Paceña-, tuvimos problemas con el barro y el  taxista se percató que no subía su coche, al no tener tracción 4x4.


Yo me hubiera rajado al principio de la pista. ! Como culeaba el carro!


Tras una cara negociación (120 BS unos 12€) conseguimos que otro conductor más experto en la materia y con mejores medios, nos subiera, esperara la visita a las ruinas e hiciera de grúa / remolque, hasta conseguir sacar el taxi que nos había traído hasta la pista asfaltada.  Ahora que lo escribo, barato. Aunque en el momento, me sentí  engañado.



El sitio está bien elegido. Sabían lo que se hacían.  
El fuerte de Samaipata es un monte ceremonial (250 m x 60 m) , una colina tallada, que alrededor tiene restos arqueológicos de las diferentes culturas. Según dicen los Mojocoyas y los Chanes fueron los que eligieron el lugar y comenzaron a tallar la roca.  

TEMPLO DE LAS 5 HORNACINAS Se guardaban jefes o sacerdotes momificados y así practicar el culto a los ancestros. inca


Tras asentarse los Incas llegaron los guerrero Guaraníes – parece que son los únicos que no construyeron en la zona- y por último los  Españoles.


El paseo, de unas dos horas siguiendo un camino -demasiado marcado- es muy bonito, y además la naturaleza es exultante, solo hay que ver el tamaño de las hortigas, aquí le llaman picapica.

Recomendación gastronómica: en el Latina Café -en la calle Bolivar del Francés  Sylvain Truchot. Un restaurante que sorprende. Probar la carne a la brasa con salsa de vino y no hay que perderse el  browniei con helado de vainilla. 


De regreso, y para quitar la modorra de después de comer,  paramos en el pueblo Las Cuevas, para visitar las cascadas.



sábado, 11 de abril de 2015

Vacaciones en Roma

Tras ver los últimos resultados de la cirugía plástica en los famosos del “papel cuche”,  preferimos invertir nuestro tiempo en manos de personas más profesionales. Aunque no se queje el discóbolo… seguro que está en mejores manos.

 


Como siempre, lo mejor de Roma, te lo encuentras a la vuelta de la esquina. No hay nada que pueda suplir a un buen paseo. Ni los trabajos de los mejores artistas.

 


A medida que pasan los días, mejor entiendo la frase de Julio Cesar y las dudas que tenía con su mítica frase "Alea iacta est", al atreverse a pasar el río Rubicón, con su ejército en armas. 

Nosotros repetimos la misma hazaña y nos paseamos triunfales con nuestros colores, por la bella Roma.


Momento de esparcimiento: ragazza romana regentando quiosco cerca del Colosseo.


Gracias a los guías culinarios que teníamos, disfrutamos “cubirtini” en mano , conquistando los mejores lugares…

 


El mejor Negroni ( Vermut, Campari y Ginebra a partes iguales) que hemos tomado es en la plaza del campo de fiori. Terraza Maranega. Se puede decir que es una cata a ciegas, sobre todo como aperitivo antes de cualquier comida.


De las 15 heladerias testadas durante nuestro viaje, nos quedamos con la atención y los productos de la Antica Gelateria del Viale - Caravaggio dal 1886. Pero   Il gelato di San Crispino  Choco y Ron no hay que perdérselo.

 

La recomendación gastronómica:

·         Para pastas está situada en Via della Pilotta 21A, el restaurante Le Lantarne  , los mejores spaguetti  amatriciana. 

·         La pizzería la Montecarlo. (Vicolo Savelli, 13)

Pero  la grata sorpresa culinaria la burrata – un queso fresco  muy cremoso- del Ristorante Naumachia Via Celimontana, 7