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lunes, 29 de septiembre de 2014

Abū Ẓaby


Después de un intenso mes, he regresado al desierto o
¿Ha sido menos tiempo?
 Da miedo lo rápido que pasa y a veces...todo va tan lento.

Mentiría si dijese que he venido a relajarme, - un curso a distancia de meditación-. Solo de pensarlo, me parto de risa!- pero  ciertamente, tengo que reconocer que la nada del desierto, tiene algo especial. 
La inmensidad luminosa, los paseos después de cenar por las dunas,...
Es algo que engancha.
Además los recuerdos que tengo del desierto, a medida que va pasando el tiempo, se van convirtiendo en buenos.



Cuando he llegado a la ciudad, tenía "chincho" de chocolate.
Como para todo el mundo, los mejores bizcochos los hace tu madre,...pero tengo que decir, que me he comprado el mejor “ duffin” -una magdalena grande de chocolate- que he comido nunca, y sí, aquí en Abu Dhabi.
Sintiéndolo mucho, no puedo recomendarlo, porque no sabría volver a esa tienda.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Por las carreteras de Волгоград


En mi vida he visto unas cuantas carreteras extrañas, pero estas parecen salidas de una película de carretas del lejano Oeste, y de una no muy buena, además. He notado cada uno de los múltiples baches de la carretera en mis acolchadas caderas. Estoy destrozado. Esperemos que lleguen las nieves y las heladas compacten los huecos del asfalto. 

Es insufrible. El recorrido no llegará a los 50 kilómetros, pero se tarda más de 90 minutos en recorrerlos, a no ser que te toque un tren de mercancías kilométrico y que después de 5 minutos de ver pasar vagones, decide pararse y cortar la vía indefinidamente, como ahora.

Está noche más que acostarme me voy a derrumbar sobre la cama. Pero...¿por qué nadie se inmuta? 



Recomendación gastronómica: todo en perfecto Ruso, menos el cartel de la entrada.


...pero con la amabilidad del servicio y un poco de mímica me han sacado una especie de "pescaito frito" de río, que me ha recordado a mi época por Andalucía.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Argel, paseando por el puerto

Rápida visita -una pequeña pincelada de lo que seguro puede ofrecer- para esta impresionante capital, saturada de coches y controles policiales.


Me sorprenden los contrastes entre  las áreas abiertas coloniales y  las callejuelas laberínticas que conviven en pocos metros, las diferencia entre el puerto militar y el civil saturado de embarcaciones, pero lo que más ...las ventanas abiertas de la antigua mezquita -para que corra la brisa. La tranquilidad que se respira...Dan ganas de entrar y apoyarte contra sus columnas, para disfrutar del momento, pero el tiempo que tengo es muy limitado. 



Dan ganas de adentrarse más en la casbah , pero no me lo recomiendan de noche, así que siguiendo las instrucciones nos vamos hacia el centro neurálgico, la Grande Poste d'Alger, un edificio colonial con estilo neoárabe. Bien bonito, con una gran cantidad de columnas. 
En una de las terracitas que hay junto a la plaza aprovechamos para tomar un refrigerio, aunque lo que apetecía era una gran cerveza fría...pero  la contestación por parte del camarero era clara "nosepaposiblemesiur".


Recomendación gastronómica: Restaurante le caracola 3, Rue de Pierre Alger centre. Pescado muy fresco -aunque el tamaño sea pequeño - y los aguacates con gambas ... Todo regado con unas buenas cervezas locales.







lunes, 8 de septiembre de 2014

Disfrutando del desierto, OuedZine

Mi regreso a África, creo que no se me va a olvidar durante algún tiempo. Nada más llegar  - a pesar de mi bajo perfil en el aeropuerto de Adrar siguiendo las indicaciones de Fernández & Fernández- me identificaron como extranjero sin ni tan siquiera enseñar el pasaporte, que rápidamente me fue requisado por la gendarmería para ser escoltado hacia mi destino.

En mitad del trayecto, un cambio de escolta militar -camuflada por vehículos no identificados- fue lo que desató todas mis alarmas, ya que se salieron de la carretera, sin seguir ningún camino aparente, atravesando el desierto hacia ninguna parte. 
El chofer, seguía inmutable, como si disfrutara de mi situación. Yo enviando mensajes, intentando identificar mi posición, como lo que había leído en los libros de investigación del brigada Bevilacqua. Para intentar entablar una conversación con el conductor,  lo único  divertido que se me pasaba por la mente eran las útiles frases que mi prima me había pasado fotocopiadas de la guía de conversación español - francés:
-Je suis en misión secrète.
- Même si on dirait pa comme ça, je me consagre á la tauromachie.

Por su puesto, para salir de esta y quitarle hierro al momento elegí la del torero. Pero el chofer ni sonrió...¿será problema de pronunciación o por su falta de interés? A partir de ese momento,  para mi que aceleró más de la cuenta. 
Aún no me entra en la cabeza como se les ocurre incluir este tipo de frases en las guías para viajeros, para defenderte entre otro idioma que desconoces por completo.


Cuando se me pasó el susto y me dejaron en mi "base de vida" - que es como se les llama a los campamentos en Argelia, me percaté del calor, de lo resentido que estaba mi cuerpo y del cansancio acumulado ...pero todo amortiguado con la alegría que me dio volver a ver los colores de la compañía y comunicar con casa ya que volvía a tener cobertura y que todo estaba bien. 

Una de las mejores cenas en el desierto. La luna llena, mecida por el aire caliente, es impresionante.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Tiquipaya



Un vuelo tranquilo, pero la llegada al aeropuerto inquietante, otra vez me han parado los de inmigración. ¿Son demasiados sellos para un pasaporte ó no son los suficientes? Cuándo me abren las puertas...una liberación, pero como todo no puede ser perfecto, no me habían ido a recoger los del hotel, - según me cuentan estaba pedido para el mes siguiente- y como pude comprobar, tampoco tenía reservada la habitación. 
Pero no soy el único. La cara de desilusión de un niño de unos 6 años que no ve a su padre al salir por la puerta de llegadas, -¿Qué le habrá pasado a Papa? La madre, toda maquillada, sin saber que contestar al hijo, es un poema. Yo por lo menos estoy acostumbrado a que me fallen las recogidas en los aeropuertos.

Tenía previsto una escapada hacia la base del Tunari -5035 metros- en los Andes Bolivianos,  Me había pertrechado de "sorojchi pills" para el mal de altura,(que aunque dicen que no funciona, a mi me quita el dolor de cabeza). Se puede subir en taxi hasta los 4300 metros, según dicen se ven las Llamas fácilmente y con mucha suerte hasta el Cóndor, pero mi compañero de aventura debió alargar la noche... y no me he atrevido a ir sólo. Otra vez será.

Para quitarme la espinita, me han llevado a comer a unos 20 minutos hacia los cerros de Cochabamba. Una zona con casas residenciales de nivel y según dicen con el colegio más caro de todo Bolivia.
Recomendación gastronómica: Villa Nayjama, c/ la violeta 143 Tiquipaya, comer en el jardín de la casa. Los patos y gallinas parecen amaestrados. Espectacular La pierna de cordero rellena de verduras, acompañado con un vino de altura. Una pena pero no puedo llegar al postre.

El cocinero se acordará del "surubí a la vasca" durante algún tiempo. Ya es casualidad, tenerlo de plato del día.