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miércoles, 22 de enero de 2014

De regreso a Santa Cruz

Al regresar de Cochabamba, el clima golpea duro. Temperatura 30º C, 100% de humedad y cuando te descuidas… cae el chaparrón. Estamos en plena alerta de Dengue.

Hoy es el día que se celebra la fundación del Estado Plurinacional de Bolivia. Según el decreto presidencial es "feriado con suspensión de actividades públicas y privadas a nivel nacional”. Según el taxista un desastre que no deja trabajar , me imagino que será porque cortan el tráfico en el centro de la ciudad.

Recomendación gastronómica Un “camba” nos aconseja probar las pirañas del Restaurante Pescaderia Tucunaré -calle republiquetas 517 equina con calle Tarija- sin lujos, una terraza cubierta con sillas de plástico. Merece la pena por probar platos distintos. Buen trato y agradables con nosotros. Comenzamos con Yacaré frito –cocodrilo-, bien cocinado, pero como ya la habíamos probado en anteriores ocasiones no sorprende.



 Continuamos con las pirañas- que para ser de rio- muy sabrosas. Tremendas mandíbulas. Según nos cuentan, en las lagunas cercanas a Santa Cruz, se ha producido un desequilibrio medioambiental. Los lagartos -cocodrilos- que se alimentaban de las pirañas, casi han desaparecido por la caza indiscriminada y las pirañas están proliferando, por lo que se atreven a atacar a los bañistas. Probamos todos los postres (demasiado dulces) pero hay uno que te lo dan envuelto en papelinas de aluminio, que está curioso.

lunes, 20 de enero de 2014

Cochabamba

Comenzamos la escapa, por el mercado,- La Cancha- que por el momento es el más grande que recuerdo he visitado.


Hay de todo. Creo que podría pasarme el día entero, de puesto en puesto, preguntando como se llama esto y lo otro.
 -¿El qué? el Achachairu, a 3 pesos
- Eso es Guanabana, y lo de más allá las Tunas.

Es enorme, los estrechos pasillos parece que no tienen fin. Por la cantidad de gente que hay en su interior, es importante seguir las improvisadas señales de cartón que cuelgan de puesto a puesto – “circule por su derecha” y “cuide sus pertenencias”.
Muy a mi pesar, la mañana es corta y hay que aprovecharla. Así que tomo un taxi para ir al Palacio Portales, la que estaba prevista como residencia final, pero nunca llego a ocupar del millonario Simon Iturri Patiño.

Con unos bonitos jardines, me trae muchos recuerdos, desde los espejos colocados en paralelo para dar una visión de profundidad, pasando por los muebles. Pero, lo más impactante, la exposición temporal de la fotógrafa, Graciela Gallardo.


Está claro que en todos los sitios está lo más… del mundo. Según la placa al pie del Cristo de la Concordia, es la imagen más grande del mundo, con una altura de 40,44 metros. (Será que la estatua de la madre patria que vi en Volgogrado -que le dobla en altura- no es de este mundo o que no es una imagen). Se puede subir por el interior hasta los brazos de la imagen, pero el olor es insoportable.

Para llegar a la cima del Cerro San Pedro que se encuentra a 2840 metros de altura, y poder disfrutar de las vistas privilegiadas de la ciudad - no me imaginaba que la extensión que ocupa la ciudad fuese tan grande-, utilizamos el teleférico. Si alguien lee esto, es preferible tomar un taxi que por 20 BS- algo menos de 2€-, te llevan arriba y te ahorras las 2 horas de cola. Alguna que se yo, hubiera organizado la cola, porque había mucho caradura… pero cualquiera dice algo.


Recomendación – La muela del diablo (entre las calles Potosí 1392 y Portales (lado centro "Portales" Simón I. Patiño). No pone el nombre más que en los faroles de la entrada. Música, brocheta y pizzas.