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viernes, 22 de marzo de 2024

Equinocio de Primavera en Yuqatan

Nada más aterrizar en Mérida, nos indican que ha llegado un frente frio. Todo es relativo, unas cuantas nubes en el horizonte que no dejan agua y temperaturas por debajo de cuarenta grados. Yo no dejo de sudar y no es por el miedo ni por los habaneros.





La ciudad colonial está distinta, no solo por la mano del hombre - ¿A quién se le puede ocurrir arreglar al mismo tiempo todas las calles del centro sin alternativas para los coche? – sino porque han comenzado a florecer arboles de bonitos colores, jaracandas me dicen que se llaman,  y el turismo es distinto que en otras ocasiones. Muchas familias gringas de blanco, con niños sedientos de zumos tropicales.

Tras un par de conversaciones de barra, comienzo a atar cabos, el sol deslizándose hasta las cabezas de las serpientes de las pirámides. Estamos en pleno equinoccio de primavera y la tradición manda “recargar energías” en los lugares sagrados.  A mi me la han absorbido toda. Menuda paliza, cada vez menos tiempo para las mismas tareas. Llegamos hasta donde podemos.

Miles de turistas se bajan de autobuses tras visitar las zonas arqueológicas, después de ver el ascenso del sol sobre las pirámides con las manos en el alto, como los curos en la eucaristía.



Para tomar la energía que trae el cambio de estación, yo tengo a la Señora Ernestina que me deleita cada mañana. Colores y olores irresistibles, que me enredan nada mas saltar de la cama. Aunque el día y la noche duren lo mismo, los desayunos se merecen la eternidad. Se para el tiempo entre panuchos en escabeches, moles, huevos motuleños, sopes de cochinita, salbutes con relleno negro, lechón al horno, frijoles…

 

La recomendación gastronómica, Micaela Mar & Leña Calle 47# 458. Además del aperitivo, no hay que perderse El pulpo Caimán a la leña, y muy curioso el cocido seco de lentejas, que la simpática Chef lo denomina Lentejas, pulpo y longaniza de Valladolid. Muy agradable el local y muy buenas las brasas.




Ki'imak k óol taale


miércoles, 13 de marzo de 2024

Ostia Antica


¡Despertar con las vistas espectaculares desde la terraza del Hotel Genio en Roma es simplemente magnífico! Los dulces aromas del desayuno, aunque rápido, nos llenan de energía hasta la hora del aperitivo.



Cada minuto está cuidadosamente planificado para exprimir al máximo cada rincón de la ciudad, ¡y qué mejor manera de hacerlo que en buena compañía! Aunque algunos no pudieron acompañarnos, los que están, son los de siempre. El ambiente sigue siendo genial. Muchos kilómetros sobre los sampietrinos , los famosos adoquines trapezoidales, sin rompernos la crisma, compartiendo risas y creando recuerdos inolvidables.


Entre las muchas iglesias que visitamos, la de "Santo Stefano Rotondo”, aunque no es la más bonita, fue la que más me sorprende con sus pasillos concéntricos y las columnas centrales.

En cuanto a las compras, sí, notamos que los precios han subido bastante desde la última visita y hasta a nosotros nos parecen caros.  Sobre todo agravado con la picaresca de los camareros, ya que se equivocan bastante cuando nos traen “il conto” y en el barrio judío, hasta por tres cifras …pero ¡nada que unas “risas” y la astucia de nuestras chicas no puedan solucionar! Menos mal que ellas están atentas y nos hacen ahorrar.

Nuestra aventura en Ostia Antica se ve truncada, con lo bien que estaba planificada. El temporal nos jugó una mala pasada y nos tocó evacuar, el parque arqueológico. Tienen miedo de que se caiga algún monumento o un árbol durante la visita, ya que hay previsión de fuertes vientos. 


Ya tenemos otra excusa para regresar a Italia. Tenemos que volver a la antigua ciudad portuaria de Roma. Eso sí, con cuidado ya que, con ese nombre, puede brotar nuestro lado más oscuro.

Descubrimos que el restaurante “Arianna al Borghetto” es el lugar favorito de los locales, ¡y ahora entendemos por qué! La comida es simplemente espectacular y el ambiente muy agradable, por lo que es la recomendación gastronómica de este viaje… donde los únicos extraños parece que somos nosotros. Un placer saborear los platos típicos locales: trippa alla romana, abbachio, carbonara y sin olvidar los tonnarelli con guanciale crocante e pecorino.

En Roma, volvemos a disfrutar en la Pizzeria Montecarlo y de los riquísimos platos del Cipasso donde lo que más nos sorprende es el Tartare di Manzo. Sin lugar a dudas, se merece una estrella Míchelin .

viernes, 8 de marzo de 2024

La Galería de las Colecciones Reales


Una gran sorpresa en la capital del reino. ¿Quién hubiera imaginado que bajo la Almudena se esconde un tesoro cultural esperando ser descubierto?

El nuevo -por lo menos para mi- museo, totalmente camuflado. No se ve desde fuera. Está excavado en la roca y se entra por la parte de atrás de la Catedral.

No me lo imaginaba así para nada. Cada cuesta que bajas sorprende por la amplitud de cada sala. Más de 100 metros de largo con pórticos de hormigón, la luz natural que entra y las vistas hacia otro Madrid.

 



Mucha pompa y boato de cientos de años entre los Austrias y los Borbones. Tendré que volver, porque lo he visto a la carrera.

Como dicen que es patrimonio de todos, pues estamos buscando donde pedir que nos dejen un día uno de esos collares o aunque sea una vueltita en la carroza, porque aunque nos presten una de esas maravillosas alfombras, hoy por hoy, me saldrían por las ventanas.

 


En cuanto a la recomendación gastronómica, me quedo con la taberna “La Trastienda” ( Travesía Vistillas 13) , un buen lugar para tomar un buen vino con una tapita rica.