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martes, 16 de enero de 2018

Yennayer 2968


Año nuevo, retos nuevos. Pero hay cosas que se repiten, como la espera en los aeropuertos argelinos.  Tras la alegría y el jolgorio de las fiestas navideñas, aquí estoy comenzando estas líneas, haciendo tiempo. Acostumbrado de nuevo a la familia, es más duro tomar la puerta de casa con la maleta.

Cambio radical. Del festejo continúo al silencio y sobre todo de las cocinas caseras con tiempo, a la rápida plancha y bebiendo mucha agua. Espero que el cuerpo no se vuelva loco con tanto altibajo de colesterol. Si reacciona tras los excesos, malo. Aunque si no reacciona, peor.

 

 

Después de tres años seguidos, estando en la fiesta de año nuevo de los bereberes me he enterado por fin de ello. ¿Quién me iba a decir a mí que celebraría el inicio del año 2968 en el magnífico continente Africano? Un gran avance, de casi mil años, solo cruzando el mediterráneo.

 

Un compañero (al que le tocaba trabajar en un día tan señalado) ha tenido a bien explicármelo, ya que no estaba muy por la labor. Distinta cultura, distinta lengua pero sin tradición escrita. Según entiendo, el pueblo Bereber, son un porcentaje importante de la población argelina y recientemente ha sido cuando las nuevas generaciones, comienzan a tener conciencia de que se están perdiendo sus tradiciones. Se nota que cada año que pasa, están más organizados y que intentan reivindicarse como pueblo milenario.


Como el calendario musulmán, no les era útil para marcar los tiempos de la agricultura, los bereberes siguieron el de los romanos, por eso la fiesta se llama Yennayer (del latín januarius). Solamente hace unas décadas, marcaron el inicio de su calendario, a partir de un momento importante en su historia como pueblo, (al igual que para nosotros es el nacimiento de Jesus o para el mundo musulmán la huida de Mahoma de la Meca), cuando nombraron a un rey bereber Faraón de Egipto, por lo que ahora estamos en el año 2968. 

En esta era de globalización: ¿Qué mejor forma de visualizar la diferencia que con un año cero, independiente al de los cristianos y musulmanes? 


Yo me quedo antes con mil años más, que con el gordete de Santa Claus. 

Si es que nosotros siempre hemos sido más de sus Majestades de Oriente.