Comienzo estas notas desde el Aeropuerto Adolfo Suárez rumbo hacia el invierno Boliviano. Al principio me resulta difícil acostumbrarme al nombre del aeropuerto de Barajas, pero después de tres horas de retraso escuchándolo por la megafonía, me voy haciendo.
Una escapadita por Cochabamba, con un taxi oficial a 30 Bs la hora. El taxista contento por el negocio del día (por 6 horas me ha salido por un poco menos de 19 €) y yo porque me ha traído de regreso al hotel sano y salvo,… Aunque en algún momento no las he tenido todas conmigo al ver por los caminos que conducía.
Tango callejeroPrimero visita por la ciudad, comenzando por el barrio “El Pueblito de Tupuraya” , son casas coloniales pero que las calles no están organizadas en forma paralela. Son manzanas en forma de trapecios con patios interiores o eso le he entendido.
Después a visitar Iglesias, las más curiosas el convento de Santa Teresa y la Catedral que está en la plaza de armas rodeada de soportales.
Saliendo de la ciudad hacia el Valle Alto, está la laguna de la Angostura, es una represa que se utiliza como zona de esparcimiento. Aunque está a menos de 20 km, se tarda casi una hora por el estado de la vía y la cantidad de tráfico de todo tipo pero merece la pena. 
A la bajada, tengo la obligación de recomendar las empanadas de “Las Carmelitas” ( 7Bs), por lo buenas y calentitas que estaban, pero sobre todo por el interés mostrado por la dueña que me explico el origen del nombre. Durante las obras de las represa, los ingenieros mexicanos les gustaban mucho y al final no decían que bajaban al restaurante, sino donde la Carmen que era una chica muy guapa y al final se quedó con las Carmelitas. Según entiendo, hace más de 50 años.
De aquí una excursión al parque ecológico de Pairumani. Hay que atravesar Colcapirhua, Quillacollo y Vinto.
Para mí una caminata muy exigente, o por el ritmo del infierno o por el mal de altura o por la falta de costumbre. Superar el desnivel de poco más de 200 metros atravesando el bosque una odisea. Pensaba que no lo conseguía, casi desisto de ver la cascada natural.
En la parte baja el Varón del Estaño – Simón Iturri Patiño-, se había construido una estación hidroeléctrica para su hacienda “Villa Albina”, que no la puedo visitar porque cierra los domingos, aunque el taxista decía que abrían.
A la baja, una grata sorpresa. Estaban grabando en el parque un video musical, una danza andina: El Tinku y he posado con las artistas de Oruro.
