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sábado, 29 de diciembre de 2018

Madrid a lo grande

 Escapada por la mastodóntica capital del Reino. Cada vez más grande. Crece y crece Madrid.
Locura de Gran Vía. Ni anchandando las aceras. Hordas de compradores por la céntrica calle.

Bocata de calamares, gorro, romano...Lo mejor, ir cumpliendo poco a poco la lista de deseos y si conlleva un respiro, mejor que mejor. Un acierto tomarse un refrigerio en la azotea del restaurante "Nice to meet you", en la Planta 14 del hotel de Gran Via 80, con una terraza de casi 360 grados. Ya solamente por la desconexión que despiertan las vistas, merece la pena. Trato muy agradable.


Visita a la chata, recordando otros tiempos con tabernas castizas y con personalidad. El mejor bar de la Cava Baja. Muy buena la tostada con el nombre del local, bajo la atenta mirada de la cabeza del Torrevientos, que según nos contaron, lo toreó Pepe Dominguin.

También me gustó el "Picnic Bar", en la calle Minas 1, de poteo por la calle del Pez. Entrañable la parte de abajo. Pero de bromas o no, no se alcanzó el consenso. Igual estábamos muy positivos y un punto de razón no le faltaba. Tendremos que trabajar más esa zona. Buenas sensaciones.







Foto de nube ¿Qué veis?





sábado, 15 de diciembre de 2018

Irrintzi Bereber



Desde mi experiencia, los vuelos internos son siempre una incógnita y en África, un quebradero de cabeza. Nunca sabes lo que te puedes esperar, por lo que siempre intento que sean de día, para tener tiempo suficiente para poder reorganizar el viaje sobre la marcha. Manías mías, pero estaremos de acuerdo que no es lo mismo quedarte tirado aquí, que en Frankfurt.
No siempre se puede cuadrar, para compaginar ocio y trabajo, así que está vez tengo programado el vuelo a las nueve de la noche.

Después de un largo día de viaje, llego satisfecho en mi último destino, en mitad del desierto del Sahara. Son las once y cuarto de la noche -solo un cuarto de hora de retraso- pero lo que no sabía que aún me quedaba un largo recorrido hasta alcanzar la cama.
Parece que en mi mismo avión hay gente importante.
Recibimiento a lo grande.  Aglomeración a la salida. Mujeres bereberes con gritos estridentes y largos, hasta quedar sin aliento.


 Me recuerdan a los irrintzis.




¿Los habremos exportado a esta zona del mundo o los pastores vascos se lo copiaron a ellas?
Los trámites con los extranjeros que necesitamos escolta, se retrasan y se retrasan… llegamos a las mil y mañana, madrugar para ir al campamento.
Control de Accesos:  Lo mejor del sol, la sombra.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Barcelona



A pesar de ser el Puente de La Inmaculada, y para otros el puente de la constitución, no se respira tensión. En la calle, se respira menos -mucha menos- política de lo esperado y se ven muchos más turistas, que tampoco se han dado por enterados del boicot y de la tensión en esta parte del mundo.

Parece que nadie madruga, ni la república.

- ¡Aita, mira! Hay más banderas del Athletic que del Barça en los balcones de Barcelona. - Me comenta Jontxu orgulloso de ver sus colores e intentando hacerme ver el lado positivo del madrugón dominical, para encontrar un recuerdo para Amama por las calles desiertas de Barcelona.

La visita a la Sagrada Familia, bien merece rascarse el bolsillo, además gracias a los buenos consejos dados desde Bilbao, no sufrimos las colas.
Curiosa desde el exterior, pero impresionante el interior, con el baile de luces conseguido con las vidrieras. Más claras por la parte superior para que entre el chorro de luz.

Seguro que me equivoco, pero esta iglesia no parece un sitio de culto y sí más un lugar para recrearse con la arquitectura.
En cuanto a los tópicos típicos, nosotros nos aferramos al cava. En cada comida un descubrimiento y un éxito. Muy buena elección en cada carta de vinos. Seguimos siendo cavistas convencidos.


               


En cuanto al dinero, curiosidades como las estocadas a los pobres turistas cobrando más de 3€ por un tinto y lo raro que se me hace que a la hora de pedir una cerveza, me digan cuánto quiero pagar por ella, si 2€, 3€ o 4€, en lugar de la típica cantinela: rubia, tostada o artesanal. 

Paseos obligados por las saturadas Ramblas, el puerto Olímpico y por la minúscula plaza de San Jaume, donde han colocado el curioso Belen, simbolizando la Navidad de hoy en día. No hay ni María inmaculada, ni José, ni el niño Jesús. Solo sillas vacías alrededor de una gran mesa.

De lo poco que he podido conocer, me decanto por El Barrio de Gracia. Más bohemios y menos turistas. Aunque eso no es mucho decir.

En cuanto a la recomendación gastronómica, no hay duda en la familia: la pariila del Sifo c/ Espalter 4 , Raval.
Muy buen trato y la "arañita" de ternera a la brasa, difícil de superar. Sin olvidar las curiosas y sabrosas pizzas argentinas, que serían seguro una delicia para las hinchadas del boca y del river.