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jueves, 26 de octubre de 2017

De regreso...


Por fin Lunes!

 

Caminar durante horas por las afueras de Argel, sin hacer ruido, con las manos en los bolsillos y una sonrisa, esquivando las barreras en las aceras. Es una bonita forma de ir aclimatándome, poco a poco, a la realidad que me espera...

 



Después de los excesos del fin de semana, paso al otro extremo.  Contrastes de la vida. Olor agrio, a mugre, todo descuidado. Menudo cambio.

La puesta de sol y la luna me recuerdan que mañana madrugo.


 

 

Esto es trabajo. Parece normal, e inevitable. Toca esperar, ya estamos acostumbrados a los aeropuertos. Hay algo extraño que no se explicar, pero que te hace estar atento, con todos los sentidos. Será el no entender.

 

Gatos sueltos, sin ningún tipo de control se me acercan como si fuéramos nosotros los bichos raros. Saber esperar es todo un arte y aquí hay mucho artista.

Sin información y avasallados por decenas de moscas incordiando en todo momento, hasta que vuelve el movimiento. Al fin nos toca a nosotros. 

 

 

 

El desierto nos espera. Bonito trabajo.

 

lunes, 23 de octubre de 2017

El patio de los Leones


Hay veces que, aunque no quieras y la pereza te presione, los deseos se cumplen.

Toda la maquinaria puesta en marcha para organizar un fin de semana en Granada, con el objetivo de regresar al patio de los leones.

 
Nos volvemos a reunir para hacer realidad la ilusión de la Jefa del Clan.  Aunque después de la visita, le parezca que los leones están demasiado limpios y mucho más lejos de lo que ella recordaba hace 50 años.  

 
Es impresionante la fortaleza, pero si tengo que elegir me quedo con lo de fuera. Disfrutando del placer de pasear por las calles estrechas llenas de olores, viendo la Alhambra iluminada entre la muchedumbre de turistas, con la cartera bien sujeta, eso sí, para escuchar la ciudad. 

 

Si hay que escoger un instante, me quedo con revivir la experiencia en el Carmen del Albaicín en el mirador de Morayma.  La cena me transportó 30 años atrás, cuando vivíamos protegidos por nuestros padres, esos gigantes que sostenían mi mundo. Las risas y el buen vino de la casa nos hacen olvidar rápidamente " las tetas de la sacristana".



 
Aunque sintiéndolo mucho, la recomendación gastronómica no está recogida en el maravilloso panfleto que me acompañó durante todo el recorrido. La casualidad nos guía hasta el restaurante la Alameda, c/ Rector Morata 3. Un local moderno con muy buen servicio. Me encantaron las albóndigas y la ensaladilla rusa con centollo. Espero volver con más tiempo y ampliar la desgustacion. La cocina abierta muy buenas sensaciones.



 
La catedral, merece capítulo aparte. El lema de Miguel Angel, ponga un “cura en su vida” no se olvidara tan fácil. Un muy buen comunicador, con las ideas claras pidiendo por la unidad de España. Al Cesar lo que es del Cesar. Mucho más de lo que esperábamos de una misa dominical, en un marco incomparable.


 
Un capricho de ciudad y una ocasión única para disfrutar de las hermanas y hermanos, aunque no sean de sangre.

 
 

miércoles, 18 de octubre de 2017

Comenzando a acumular millas marinas




En el camarote 302 del buque Astro Capela - portando bandera de Panamá- pasé la noche en la que la República de Cataluña, firmó su declaración de independencia navegando por el Golfo Pérsico.
Yo por mi parte, he roto todo tipo de miedos con este medio de transporte. Con un poquito más de tiempo, no dudo en poder enrolarme en algún crucero por las Islas Griegas. Seguro que son mucho más relajantes.  Han sido unos días intensos y con una humedad agobiante.

 

 

En cuanto al regreso a la civilización un poco complicado, incertidumbre hasta el último momento por si tenía o no tenía plaza, la niebla…

Luego, las continúas paradas entre plataformas petrolíferas para ir repartiendo al personal. Cada cual a su destino y controlando las limitaciones de carga.

Realmente    a pesar de ser en helicóptero, ha sido bastante largo e incómodo.

Tenía a mi lado a un militar desdentado y enfrente a su mando- tenía más galones o como se llamen las barras de la manga- que no paraban de reírse.  Me imagino que sería por el tetris de rodillas o por el miedo que pasábamos cada vez que aterrizábamos en esas minúsculas plataformas. Yo con mi sonrisa tres cuartos, no entendía nada, pero lo hacían con tantas ganas que al final había un cachondeo que acababa contagiándose en cada una de las paradas. En el aeropuerto, nos hemos despedido con un apretón de manos.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Alegria en Argelia


Angel, tú que viajas tanto… ¿de maletas tienes que entender, no? – Me preguntan en el autobús que nos lleva de la terminal del aeropuerto, al avión que espera en la pista, apretujados como sardinas en lata.

Tras una breve explicación y convencer sobre las maravillas de la joya que llevo en mis manos. Se le cambia la sonrisa cuando comprueba en su teléfono móvil el desorbitado precio. Valorando resultados seguro que es la mejor opción pero solo al alcance de unos pocos privilegiados.

Como en todo lo demás, me ha tocado la parte buena, y hay que disfrutarlo.

 


Sí, solo voy a valorar resultados. Suena el despertador en Argelia. Domingo, uno de octubre, el corazón encogido y no precisamente por las noticias que llegaban de la península, sino por sentimientos más primitivos. Me levanto de la cama, con la sensación de que va a ser un día duro.

 

Sabiendo que es complicado salgo de la habitación buscando algo que me alegre el día. Sé que debo estar atento, porque en estos sitios, si pestañeas, te lo pierdes.  Encontrado. Buscando mirada de complicidad, pero no la encuentro.

Parece que hay un militar que prefiere acondicionar el terreno. Hace falta mucha constancia para mantenerlo verde. Quizá como las cosas buenas de la vida.

 


Miro a la gente del comedor. La gran mayoría aún están dormidos. Trabajadores de todas partes y de toda la gama social. Algún exaltado suelto, con conversaciones duras utilizando términos y tarareando canticos de épocas pasadas. Malos gobernantes en la retaguardia que han llevado a las calles el enfrentamiento. Aunque como tantas veces he oído: Todo es un cuento.

 

 

 

Sigue tan presente como cuando estaba.