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viernes, 30 de noviembre de 2012

Abu Dhabi, una de papeleo

De viaje por Abu Dhabi
Cuando se decidió mi siguiente destino, nadie se espera que tardara tanto en conseguirlo. Me cansé de escuchar -Pero ¿qué haces aquí todavía?  Pero ¿no te habías ido ya?  Todo tiene su tiempo, presentar  el  titulo universitario, legalizarlo en el Ministerio de Educación en Madrid, legalizar el titulo en el colegio de ingenieros – gracias Aita- , luego conseguir la traducción jurada de los títulos en árabe. Cuando piensas que ya tienes suficientes sellos, lo llevas al Ministerio de Asuntos Exteriores para que te legalicen la declaración jurada, en los documentos en árabe y por fin pasas por la embajada de los Emiratos Árabes Unidos.
Cuando aterrizas en Abu Dhabi, siempre te queda la duda de si realmente estará tu visado en el “visa collection counter”. Cuando  la encuentran a la primera, es excitante.  Y no os digo nada lo que se siente cuando tras pasar los trámites del escáner del iris,  huellas digitales y fotos biométricas,  un funcionario de inmigración -por fin- mata su aburrimiento golpeando con saña con su sello de goma, la inmaculada hoja de mi recién estrenado pasaporte (me había vuelto a quedar sin hojas).
Como todo no puede ser perfecto, el driver que me habían enviado llegó media hora tarde y para colmo después del ingreso en Hotel, tuve que entregarle mi recién estrenado pasaporte y  la visa que tanto había costado conseguir.  ¡Que desprotegido se siente uno¡.
Pero bueno, estos países no dejan de sorprenderme.  He pasado cerca de la gran mezquita de Abu Dhabi- (Sheikh Zayed Grand Mosque que es el nombre del emir que pago la obra) con sus enormes minaretes. El reflejo de la luz del atardecer invitaba a entrar. ( He sacado una foto de internet para que os hagais una idea).
El chofer paquistaní, no es de mi misma opinión. El lleva muchos años en los emiratos y nunca la ha visitado, ni tiene intención y mucho menos conmigo. Así que espero tener más suerte la próxima vez.
Luego, camino curioso desde la capital a  Liwa, pasando por Madinat Zayed City, donde se termina la autovía y de ahí al campamento. 
Las puestas del sol y los amaneceres en mitad del desierto son una maravilla, no me acordaba de ellos. Es una pena que no dejen meter cámaras fotográficas porque hay posibilidades infinitas.
Recomendación gastronómica- el comedor del hotel Sheraton Khalidiya. Un gran cordero árabe que quitaba el sentido, rodeado de bellas mujeres con sus rostros ocultos.