Llegada a Concepcion,
Agotados después de un larguísimo viaje, pero hay que aguantar para intentar cambiar la hora.
No hay ni un alma por el centro, es el día de
la raza. En memoria de la lucha librada entre indígenas y colonizadores.
Lo que es evidente, es que aún están en el nuevo mundo los primeros pobladores. En el norte, los ingleses y franceses no siguieron los mismos métodos, o eran de distinta “raza”.
El centro despoblado, y con todos los restaurantes cerrados, menos los peruanos, muy desangelado. Mucha gente durmiendo por la calle.
Somos unos privilegiados. Está vez, la escapada ha sido ir a ver los restos industriales de la factoría Ballenera de Chome.
Lo que fue una actividad industrial vital de otros siglos, hoy es una ruina, pero te la puedes imaginar perfectamente, funcionando a pleno rendimiento, mientras los mariscadores emplean las últimas horas del día para sacar algún beneficio al mar. Quién sabe, si dentro de cien años, la gente se sacará fotos en nuestros atraques de petroleros.
Ballenera de Chome |
Y para terminar la jornada, nos invitan a tomar "un once", que es una merienda salada. Según nos dicen, era tradición parar -como a tomar el té-, pero tomaban aguardiente (que tiene once letras), y aún se mantiene el nombre . Segun el ticket de comida de la refineria , en el comedor puedes pedir: Desayuno, almuerzo, once, cena y colacion.
Yo pido lo más tipico , y en el once, pruebo el churrasco chacarero con aji verde y poroto
verde. (Nombre muy largo para un bocata de carne picada picante, repleto de
vainas).
Realmente, la recomendación gastronómica, aunque sea una franquicia, la tengo clara. El asado de tira en el restaurante Las Vacas Gordas (c. Cienfuegos Nº280 , Santiago de Chile).
Asado de tira de res |
Blando, sabroso y al punto que me gusta.