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domingo, 8 de septiembre de 2013

Del invierno de Cochabamba a la primavera de Yacuiba


De Cochabamba a Yacuiba

En pleno Agosto las montañas que rodean a la ciudad, me dejan un bonito recuerdo. No me esperaba verlas nevadas. Deben estar por encima de los 4000 metros.
 
Cadena montañosa que rodea Cochabamba

Se nota el cambio horario más de lo esperado, seguramente el cansancio y dolor de cabeza se agrava por los 2699 metros de altitud.
Después del trabajo he quedado para cenar una comida típica criolla, pero si me meto al Hotel, sé que caeré rendido, así que  haciendo tiempo, llego al  templo de La Recoleta, el culto es asombroso, la fe ciega y compartida.
No se muy bien como, pero una señora me endilga la figurita del santo Expedito- el de los milagros urgentes- y cuatro velas rojas – porque voy hacia el peligro. Tratamiento infalible, según lo poco que le entiendo, es lo que necesito. Mientras me susurra algo, solo pienso que muy mal me ha tenido que ver para darme 4 velas.
Sin quererlo ni entenderlo, termino como el resto, bendecido – empapado de agua bendita- con el Santo, los cirios y 20 Bs menos en el bolsillo. Estoy seguro que si saco cualquier otro billete, hubiera sido el precio acordado.
Siguiendo la tradición, busco el santo al que ponerle las velas y le toca a un Jesuita, para mí desconocido con la mejor frase posible: contento, señor, contento. Un buen lema.
 

Toborochi amaneciendo

Del fresco de Cochabamba, volé al desierto del Chaco y de ahí al calor sofocante Yacuiba, desde donde escribo, esperando que se restablezca la situación y se disuelvan los bloqueos sociales. Después de estas semanas, que parecen meses, creo que debería haber comprado más velas.


Procesión de San Roque Yacuiba

Curiosidad cultural, la procesión colorista de San Roque. Los cohetes van anunciando la llegada del sequito, bajo el ritmo del tambor, flautas y otros instrumentos que desconozco.  Salen los domingos de finales de agosto y principios de septiembre.


La recomendación gastronómica en Yacuiba: la Churrasquería El Asador, Frente Plaza Principal, la cerveza más fría de la ciudad y sin duda, la mejor carne que he comido en toda Bolivia a un precio muy razonable.