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jueves, 25 de mayo de 2017

Comienza el calorcito y algo más...


 


 
Tras un madrugón de órdago, llegamos al aeropuerto de Argel a las 5:15. Los controles de seguridad, nos llevan hasta la zona de pre- embarque, donde están aún los compañeros que entre risas se despidieron ayer de nosotros. No han tenido problema a la hora de levantarse, ya que aún no se habían acostado. Se han pasado la noche intentando aterrizar y al final les devolvieron al punto de origen.
La experiencia es un grado, sobre todo por estas tierras, así que siempre que puedas, intenta reservar los primeros vuelos de la mañana, ya que tienes todo el día para conseguir tu objetivo.
 
El calor comienza a hacerse notar, poco a poco, es el tema recurrente. Hoy la máxima esta en 49,8ºC a la sombra. Hay bastante campo de mejora y no dudo en que mis próximas visitas veraniegas a la playa sin mar, superaremos con creces estás temperaturas.

El sábado tendremos luna nueva, - cuando no refleja luz y no es visible desde la Tierra- , que añadido a que es el noveno mes del año 1438,  según el calendario islámico,  dará comienzo a una época bonita.  Donde la alegría se nota en las noches y en la actitud de los creyentes durante el día.  Aguantar las altas temperaturas, con el único secreto de la fe. Resisten esperando que el sacrificio les sea devuelto con creces, por lo menos aquí los horarios se suavizan para soportarlos.

Si todo va según lo previsto, yo estaré disfrutando de las frescas tierras del norte, en otra celebración religiosa: la primera comunión de una sobrina y un sobrino.

 

Ramadan Mubarak!

 

jueves, 18 de mayo de 2017

Dándolo todo

Dar la sangre por tu trabajo.
 
Esta vez, me ha tocado realizar los trámites para ampliar visado, cerca de las instalaciones del Al Jazira Club, en el Capital Health Screening Centre. 
 
¡Menudas morcillas se podrían hacer, con la sangre que me han sacado este último año! - Es lo que pienso mientras me toca el turno, en la moderna sala de espera para realiza el reconocimiento médico.
 
Como siempre, en mayor o menor medida, la extracción en mi caso, va seguido de mareo, y por mucho que aviso, no me dejan salirme de lo establecido. Despierto en la camilla con los pies en alto y con la respiración pausada de un tipo, al que no entiendo, restregándome un algodón por mis narices. Empapándome de Alcohol y no exactamente de la marca que me gusta. 
Lo único bueno de estos análisis , por decir algo, es que una vez superados los trámites, los inmigrantes sabemos que no tenemos nada contagioso.

 
 
 
 
Al final me mandaron a la Isla. Lo que significa estar viendo a la misma gente, sin diferencia entre lo laboral y el tiempo libre, que por ende para la mayoría no existe. 
Pero al mismo tiempo, disfrutando como un gorrión, habituándome al vivo azul del prohibido mar plagado de peces, especulando si mis retinas serán capaces de acostumbrase a la intensa luz sin gafas de seguridad al igual que lo logró mi estómago al picante de la comida india. Espectaculares los huevos al curry y el pappad. 
 

Nota- Pues parece que no se ha cargado la nueva entrada en el blog. Duro trabajo estos últimos días, empeorado por las limitaciones y prohibiciones en mis comunicaciones personales. En este campamento no están autorizados ningún dispositivo con cámara y con una velocidad de red, con la que no funcionaría ni el "kosmic kanga" de nuestro inigualable spectrum. Aunque el teléfono autorizado, tiene whatsapp, para no crear casos de ansiedad y poder seguir con la sensación de seguir hiperconectados. 
 
Un par de semanas, solo dos, son suficientes para replantearme límites. Lo fácil que lo hemos tenido nosotros , -el verbo compartir estaba seguido de amar- , y ahora compartir es existir. 
Esperar caer rendido para que aparezcan los sueños. Los días son interminables pero les faltan  horas.

 



viernes, 5 de mayo de 2017

Aparcamientos especiales



Viernes, - aunque a mí me parece que todos los días son lunes, ya que hay que meter todas las horas que uno pueda aguantar - el tema del transporte ha provocado un poco de asueto.
Me he quedado sin plaza en el helicóptero. Así que me he tenido que adaptar y escribo estas líneas desde un lujoso hotel de cinco estrellas, en Abu Dhabi. ¿Quién soy yo para quejarme?
Aunque parezca que no, se trabaja distinto y espero descansar un poco más, porque está noche había mucho ruido en el campamento, con todos los aires acondicionados puestos. No sé cómo se pueden acostumbrar a dormir.

Bueno, al asunto. Durante el trascurso de la mañana me he quedado sin pilas en el ratón ,último modelo del ordenador, y tras comprobar que no eran compatibles con la del mando de la pantalla de plasma, me he tenido que ir a comprar unas.

Preguntando, me han dirigido hasta un  mall – un gran centro comercial. Pues lo dicho, viernes, día festivo. Os podéis imagina como estaba de gente. Pero al entrar por la zona de garajes, algo me ha llamado la atención, pero no sabía que era.  Al de poco, me he empezado a reír. No tenía ni idea de que había estacionamientos especiales para mujeres. Sin espera – conducen pocas- y en primera línea. Lo que se dice una zona de aparcamiento VIP.
 
Una pena que los conos de protección no sean rosas y que la chaqueta del vigilante -que les ayuda a aparcar a las conductoras- no sea del mismo tono.

Seguramente está será una política machista, que estará buscando alguna ventaja comercial, intentando atraer a las mujeres que conducen para que consuman en sus locales, pero es un privilegio.
 A partir de ahora, aunque no sea políticamente correcto, si yo voy en coche, buscaré en las ciudades que visite, si existen aparcamientos exclusivos para mujeres, y eso sí, que lo deberían apuntar mis hijos en la moleskine roja.