Aunque llego tocado, no me puedo permitir dejar de
visitar la ciudad amurallada, donde se empiezan a notar los preparativos para
la fiesta. El 11N se celebran 210 años desde que la ciudad declaró su
independencia absoluta de España, constituyéndose en el primer territorio de la
actual Colombia en declararse totalmente independiente, así como la segunda
ciudad en América, un orgullo. Así que mejor, decido no decir mucho de donde
vengo y pasar por gringo.
El paseo por la ciudad amurallada merece la pena,
además aún no han llegado los turistas de los cruceros que llenan las estrechas
calles. El covid está haciendo estragos. El colorido y la alegría de está
ciudad caribeña y portuaria se mantiene. Muy amables. Además, según dicen, es
la zona mas tranquila por la alta densidad de policía para proteger el turismo.
Se nota mucho la diferencia, sobre todo de limpieza y ruido, con los barrios
que atravesamos para ir al trabajo. Dos realidades muy cercanas y muy
distintas.
Callejeando, van cambiando las luces y los tonos
de lo colores. Es bien bonito, tras muchos dimes y diretes, porque no quiere
funcionar internet, encontramos la entrada a la ciudad amurallada, para los
locales la Boca del Puente y para nosotros la plaza de la Torre del Reloj,
imperdible en Cartagena. Dicen que es el lugar de punto de encuentro, vamos que
es donde todo el mundo queda. Está bien
el monumento- construida la torre sobre la muralla- pero esperaba un poco más al
estar considerado como uno de los relojes públicos más hermoso del mundo y la
plaza donde se vendía a los esclavos, un poco deslucida. Parece que la falta de
turismo hace que el colorido acuda a partir del atardecer donde se ejercen otro
tipo de contactos - por los carteles en contra del turismo sexual- y algún intercambio
más.
Como recomendación gastronómica el restaurante: El
espíritu santo, en la ciudad amurallada, cerca de la catedral- calle del
porvenir nº 35-60 centro (bueno, bonito y encima barato). El pez sierra frito,
acompañado de arroz con coco del día y patacón. (Para los inexpertos en la
comida colombiana como yo, un arroz dulce y negro que acompaña muy bien al
pescado y el patacón es un plátano frito, aplanado que se baña en zumo de limón
con ajo y se vuelve a freír. Simple, pero un espectáculo que no se puede dejar
de probar)
Por cierto, en el albero de la antigua plaza de
toros de Cartagena- una pena ya que ahora es un centro comercial- , otro espectáculo: sesión de fotos de la inimitable Shakira. Es ella, ¿no?