La ciudad más antigua de Europa, los fenicios fundaron Gadir, en lo que entonces eran dos islas, separadas por un canal que comunicaba el Atlántico con la bahía y que hoy se ha convertido en una de las más amables por las que he estado de visita. Viaje familiar, organizado por Beatriz y comandado por Pilar, así que en buena compañía.
Muy aconsejable es comenzar yendo al museo de Cádiz- gratuito-, porque
sales con unas pinceladas de la prehistoria, ver los sarcófagos fenicios, las
esculturas y joyas de la época romana. Te das cuenta rápido de la importancia que
ha tenido desde siempre esta ciudad. Murallas, castillos y fortalezas dejan testimonio
de lo necesario de defender este lugar estratégico. Ahora paseando por estos
enclaves, más de una carrera hay que darse para que no nos atrape y empape -del
todo- las olas que rompen contra los espigones. Es lo que tiene intentar poner
barreras al Océano.
Castillo de San Sebastian |
Pasear por el malecón hasta llegar a la fortaleza de Santa Catalina y
sentarse luego en la arena en la playa de la caleta, esperando el atardecer,
todo un espectáculo. Aunque para espectáculo, ver la afición amarilla en el
campo. Llevando al equipo en volandas, animando casi hasta a la remontada, a
pesar de ir perdiendo tres a cero. Se merecieron bastante más, pero ¿Quién ha
dicho que el futbol fuese justo?
Playa de la Caleta |
Cadiz, una maravilla. Tranquila y alegre. Apetece perderte y callejear, descubriendo poco a poco sus rincones con sus Cristos y sus Vírgenes. Con una luz que no se me olvidara fácilmente.
Todo amabilidad y buenas caras. Incluso en el mercado cuando Joaquina sobrevuela los puestos del mercado, no pierden las ganas de cachondeo, aunque no dejan de vigilarla para que no se lleve alguna de las múltiples presas a su alcance.
En cuanto a la gastronomía gaditana, sin olvidarme de la deliciosa tortilla
de camarones y los chicharrones de Casa Manteca (Corralón de los Carros 66),
que era lo recomendado, me quedo con las gambas al ajillo con huevo “cuajao” y
papas pajas del Bar Terraza de Cádiz, en la plaza de la catedral. Un espectáculo.
Cuidado con los horarios, que las cocinas entre semana cierran pronto.