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lunes, 23 de enero de 2012

De Palos Blancos a Lima, Peru

Ya había avisado en casa de que lo más seguro era que no llegase para los cumpleaños pero los rumores de cierre del aeropuerto en Palos Blancos, cambiaron las cosas. Deciden sacarme un día antes de lo previsto ya que Tarija radicalizaba las medidas y Chuquisaca no se quedaba parado.



Cuando me lo proponen, no les doy tiempo a reaccionar. Me levanto, -cerrando el ordenador a la zaragozana- y diciendo ! Quien soy yo para oponerme!
Por la cara que han puesto, les he defraudado. Era una propuesta que no debía ser aceptada. Estaban seguros que yo sería como el capitán que no abandona a los suyos en mitad de la tormenta.


Me dan 5 minutos para salir de la oficina, hacer la maleta y montarme en la pick up, para llegar a la pista donde aterrizará la avioneta. Me despido a la carrera, entre rumores de que las ratas son los primeros que abandonan el barco. Está claro, cada vez soy más Jefe. Han sacado a una persona del pasaje y me han dado su puesto.



El piloto no tiene 20 años. Los cuatro elegidos dudamos de su experiencia abiertamente - para animarle le preguntamos por su corta trayectoria. Nos han pesado hasta la cámara de fotos, sobran equipaje, solo puede con 500kilos. Al final se quedan todas las maletas menos la mía.
En el último momento, por volumen no entra donde los equipajes. Intento el tetris de todas formas, y no. (La avioneta es para 2 y han quitado el espacio para meter dos asientos más.)
El pipiolo indica que por problemas de equilibrio y con el sobrepeso no se puede meterla en la cola. Continúo con mi mejor sonrisa. Si es por peso la vacío!


Todos pendientes de mi con signos claros de intranquilidad – mirando hacia atrás esperando la llegada de los piquetes. Al final consigo convencer al piloto de vaciar mi maleta y meter todo en bolsas de basura metiéndolo en el mini- maletero el peso y la maleta en la cola. Durante el vuelo, al pasar cerca de las montañas me acuerdo de los 500 kilos y de mi mierda de equipaje.

Me alojan en Los tajibos *****- la comida es buena, el vino excepcional, y los niños andan con dos mucamas cada uno siguiéndoles por todas partes evitando que les muerdan las tortugas y que no les piquen los loros. Es otra realidad.
Según el taxista que me lleva al aeropuerto, hoy es festivo, es el 2º aniversario del Estado Plurinacional. Hay grupos folclóricos por la calle y parece que se ha adelantado el carnaval.
Esperemos que no falle nada y lleguemos yo y mi maleta.




Sala de Lan, Lima Peru

viernes, 20 de enero de 2012

Entre chaparrón y chaparrón una de civismo

Comencé con la “huelga” de Iberia, después las “reclamaciones” de las comunarias que lavan la ropa en el campamento, protestaban recogiendo eficazmente la ropa sucia pero no la entregaban, por lo que antes de que se cedieran a sus reivindicaciones - más jabón- tocó repetir más de una vez la ropa interior.
Ahora estamos de paro cívico indefinido. Están discutiendo entre dos departamentos -como nuestras autonomías- sobre “las regalías”- me encanta como lo llaman- los dineros que tienen que devolver a cada zona por la extracción y comercialización del gas.
Como no llegan a un acuerdo entre los dos políticos, y no quieren que un grupo técnico externo indique cuales son los límites de la bolsa de gas, pues se dedican a cortar las carreteras principales para cortar los suministros y ahogar a la población, haciendo que los de los pueblos cabreados se unan a los paros.

Al cerrar los accesos terrestres por las fronteras, se corta el suministro de diesel, lo que ahoga a la poca industria y a la obra (la maquinaria pesada). Además, por lo emblemático del área, da la casualidad que en la provincia O’connor, hay dos piquetes de huelga.
Uno de ellos nos ha tocado. Han cerrado el camino de ingreso a las comunidades: La Planchada y Palos Blancos. No dejan pasar ningún transporte, por lo que se ha empezado a recortar el menú y han iniciado las restricciones de luz a la noche, porque no hay combustible para los generadores.

Seguro que todos tienen su parte de razón, hasta mis colegas los pilotos de Iberia, pero espero que no sean tan cívicos como en Bolivia.

Por lo demás, el paisaje continúa impresionándome.

martes, 10 de enero de 2012

Santa Cruz a Margarita- volando voy volando vengo

Una de Aviones -Terminó el viaje desde Bilbao al Campamento después de 36 horas.
A pesar de la huelga de pilotos, ayer disfrute de las mejores albóndigas de buey con calamares que he probado nunca. Desde que Iberia contrató a los cocineros con un montón de estrellas Michelin, que bien nos dan de comer!



En el último trayecto en lugar de tomar dos aviones y realizar un par de horas con un todo terreno por unas pistas embarradas, la compañía decidió marcarse un largo y ponernos un vuelo directo ( la realidad es que se necesitaba una avioneta en el campamento para sacar a unos jefes ). Siempre se agradece, porque por muchas millas que tengamos encima sigo siendo un fan de Loquillo “...tú chica puedes vivir una vida de hogar, búscate un marido con miedo a volar...”


Al llegar al aeropuerto del trompillo, al hangar de los vuelos privados, fui en busca del piloto para explicarle mis preocupaciones, - sobre el viento, su experiencia y sobre todo para cerciorarme de que tenia bolsas para vomitar- (no sé porque pero los dos únicos asientos de pasejeros estaban en dirección contraria)… por lo que al final me ha dejado ir de copiloto.
Tengo varias experiencias/ anecdotas con avionetas y hasta esta vez, mis recuerdos no son buenos, son como ir montado en montañas rusas o montando en un caballo que no quiere tener sobre peso.
Después de despegar y hacerle unas 20 preguntas sobre para que sirve no se qué aparatito y sobre cómo te das cuenta de que si la alarma es importante o es una tontería…. Sebastian- el piloto- me mira y me dice que si quería llevarla yo.




Nunca me había hecho ilusión poder volar, ni me lo había planteado pero me salió un sí quiero de película. Así que ya tengo otra aventura más, manejar durante 50 cortísimos minutos una avioneta entre los montes bolivianos.





Espero que no se me olvide lo que he sentido hoy y poder contarlo. Pero en resumen hoy he saboreado la libertad al pilotar a Saratoga II, y cada salto era como domar a un potro y sin tiempo para sentir nada en el estomago.


Al aterrizar, le doy las gracias emocionado al piloto y después del apretón de manos me dice que no lo cuente, por el tema de los de seguridad que como se enteren le podría meter en problemas. Ahí ha sido cuando el compañero que llevaba atrás se moría de risa.
Bueno me voy a dormir, cantando la canción de el último de la fila “...que aunque muy chico y muy feo piloto de aeroplano soy-...”