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viernes, 20 de enero de 2012

Entre chaparrón y chaparrón una de civismo

Comencé con la “huelga” de Iberia, después las “reclamaciones” de las comunarias que lavan la ropa en el campamento, protestaban recogiendo eficazmente la ropa sucia pero no la entregaban, por lo que antes de que se cedieran a sus reivindicaciones - más jabón- tocó repetir más de una vez la ropa interior.
Ahora estamos de paro cívico indefinido. Están discutiendo entre dos departamentos -como nuestras autonomías- sobre “las regalías”- me encanta como lo llaman- los dineros que tienen que devolver a cada zona por la extracción y comercialización del gas.
Como no llegan a un acuerdo entre los dos políticos, y no quieren que un grupo técnico externo indique cuales son los límites de la bolsa de gas, pues se dedican a cortar las carreteras principales para cortar los suministros y ahogar a la población, haciendo que los de los pueblos cabreados se unan a los paros.

Al cerrar los accesos terrestres por las fronteras, se corta el suministro de diesel, lo que ahoga a la poca industria y a la obra (la maquinaria pesada). Además, por lo emblemático del área, da la casualidad que en la provincia O’connor, hay dos piquetes de huelga.
Uno de ellos nos ha tocado. Han cerrado el camino de ingreso a las comunidades: La Planchada y Palos Blancos. No dejan pasar ningún transporte, por lo que se ha empezado a recortar el menú y han iniciado las restricciones de luz a la noche, porque no hay combustible para los generadores.

Seguro que todos tienen su parte de razón, hasta mis colegas los pilotos de Iberia, pero espero que no sean tan cívicos como en Bolivia.

Por lo demás, el paisaje continúa impresionándome.

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