Acortando Viaje

Cuando parece que puede ser un viaje monótono, tras pasar por Barcelona, voy y me encuentro  a mi llegada al aeropuerto con mucha más policía y más controles si cabe, y en las pistas, movimiento de vehículos con sirenas. 

Una llamada tranquilizadora desde la compañía para preguntarme qué tal, y que no me preocupe, parece que persigue todo lo contrario.

Nosotros a finales de los ochenta, hemos convivido con manifestaciones y con mucho más, pero cualquiera abre la boca.

Parece ser que las movilizaciones por el tema de las elecciones, se están caldeando día a día y la recomendación es salir de los puntos calientes lo antes posible. 

Puede ser el inicio de un movimiento histórico, aunque lo poco que se comenta es si será de apertura o de cierre. Esperemos que no se vuelva a lo de los años noventa y se solucione de forma razonable. 

Donde yo estoy, la vida sigue por su cauce, mejor o peor, pero con tranquilidad y normalidad. Disfrutando del día a día, lo que se puede. Y lo único caliente son las temperaturas, que al medio día ya comienzan a superar los treinta grados.

Así que se me acorta el viaje. ¿Quién soy yo para oponerme?

Con un poco de suerte llego a casa para ver el triunfo del Athletic.