Alla conquista di Napoli e di Pompei

Napoles, de las que yo he visitado, la ciudad más “italiana”del continente. Ropa colgada, gente tranquila y buen ambiente.  Somos pocos los turistas y cada vez menos nostálgicos de Maradona. 

Huele a ropa tendida, al dulce de las panaderías y al salado de las trattorias. Una buena mezcla, buenos tintos y mejores pizzas. Cuanto más sencillas, mejor.

La recomendación Pizze Classiche: la Margherita (Mozzarella , pomodoro, basílico, olio Evo 5€) y la Marinara (Pomodoro, aglio, origano , olió Evo 4€) de la Pizzería Al 22.

Una ciudad amable con conductores y peatones indisciplinados. No hay nervios ante las continuas infracciones por todas las partes. Lo normal es la velocidad y el esquivo rápido - ma non tropo- más de una vespa, con tres ocupantes sin casco, fumando y con “telefonino”. Impresionante el recorrido de unos 35 km por la costa a Pompeya. Normal que no tengan parque de atracciones. No hace falta invertir en emociones fuertes. No se me olvidará fácilmente.

El volcán ha atrapado la historia, haciéndote la idea de cómo era una gran ciudad de la época Romana...Cultura y diversión para el que se lo pudiera permitir.

Una bonita sorpresa, la visita a las profundidades de la “Galleria Borbónica “ que evolucionan desde el siglo VII con sus depósitos de agua excavados a mano, las historias de hombres que subían por los pozos a los palacios, los duros refugios de la segunda guerra mundial y el último uso como depósito para los vehículos requisados durante los años 70 hasta nuestros días, siendo una auténtica obra arquitectónica de la que se pueden sentir orgullosos.

        


Como si fuéramos inquilinos de toda la vida, Ana se despide con unos sonoros besos fraternales al irnos : Chiaia Suites (Vía Monte di Dio, 82).  Muy grandes. Hasta Mariano nos envía un mensaje con el triunfo del Athletic. Volveremos.