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jueves, 22 de febrero de 2018

Hdawi, de pruebas en el desierto. Argelia

Rondando las cuatro y media de la mañana. Incertidumbre al salir a la calle. Solo hay un chico junto al taxi. Me acerco y ni se inmuta. Un veinteañero, con aspecto de los 80, haciéndose el disimulado. Melena a lo "Angeles del Infierno " con sus pantalones eslasticus, anillos, camisa vaquera y chaleco sin mangas negro. 

Al decirle que él que ha pedido el taxi era yo, no se fía de mi palabra. Confirma portal y piso con la central. El que tendría que haber llamado era yo, para ver si tenía carné.

Aún no han dado las cinco y ya con líos. No se vislumbra una buena semana.

Se resigna a abrir el maletero, para que yo meta mi equipaje hacia el aeropuerto. Cuando estamos los dos dentro del vehículo, a modo de disculpa, con un: Yo esperaba a una tal Begoña. - Zanja duramente el asunto. 

 

Nos tratamos de Usted, escuchando baladas, hasta que al final me sonríe al despedirse en la T4. Yo rumbo a Argelia y él, a conducir un rancio taxi con buena música. Eso sí música del siglo XXI, que ablanda a las fieras. No me suena ni una canción. Lástima no haberle preguntado el nombre del grupo. 

Como debe ser, lo de trabajar de noche en Madrid...

 

Después de todos los trámites de seguridad y controles de pasaporte....Es hora de relajarse, satisfecho en la sala de espera de la zona internacional. 


En el avión continuo adormilado, no son horas. Por lo corto que ha sido el viaje, he estado profundamente dormido. Es una maravilla ver despertar el día, desde las alturas, e imaginarse la vida en una granja en mitad de la nada.

 

Argelia me recibe con las colas y esperas. Así que aprovecho para tomar estas notas.

 

 

Bueno, pues el clima, muy agradable. Algo es algo. Las noches ya no son tan frías y al medio día, el termómetro rondando los 25ºC, así que se puede disfrutar. 


Los atardeceres, siguen siendo un espectáculo, que muy pocos tenemos la capacidad de apreciar por estas tierra. Si supieran lo que la gente tiene que pagar, por una noche en el desierto!!!

 


Por cierto, me han dado a probar la hierba Hdawi. Tranquila madre, que es legal!

Una mezcla húmeda de picadura de jengibre, anís y menta- que se envuelve en un papel y te lo metes debajo del labio. La sensación es agradable y por lo menos, hace de barrera entre mis carnes y los aparatos. Igual hay que patentarlo, habrá que hablarlo con la ortodoncista. Menos cera y más Hdawi.

Según me dicen, fortalece encías, dientes, mejora la memoria, la concentración y otras cosas que en un campamento no es recomendable probar. Como el dejar de fumar.

 A la espera de los efectos secundarios.

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