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domingo, 23 de julio de 2017

Generando colas en aeropuertos

Extrañamente, no ha sido una de mis experiencias habituales en los aeropuertos, y además ha ocurrido todo junto en un mismo viaje. Por ahora solo falta que se me pierda la maleta para hacer un pleno.
 
Comenzando en el aeropuerto de Bilbao, en el que por primera vez me hacían sacar los cargadores de los equipos electrónicos en los cada vez más exhaustivos controles de seguridad, con las consiguientes colas, pero esta vez generadas por los habituales, que no seguimos las recomendaciones. Mientras que los turistas ocasionales murmuraban que ya lo habían avisado a la entrada.

 


Aunque donde más incomodo estuve, fue al generar las colas en el aeropuerto de Argel. Desde la empresa me dijeron que tenía que llevar dinero para la caja chica de obra -que de chica, solo tiene el nombre- tras consultar en internet, sobre el monto que se puede transportar en metálico en vuelos nacionales y sobre la potencia de los detectores de los escáners de los aeropuertos, se me veía que no estaba muy contento con el encargo, aunque fuese todo legal y según ellos habitual. Abulta más de lo que parece. Si tenía problemas, que llamará al chofer que era de confianza y que se lo devolviera sin problemas.


Es la primera vez que uno de los de seguridad del aeropuerto nacional me dice algo mientras pasó mi equipaje de mano. Y eso que he pasado hasta botellas de litro y medio de agua para amenizar la espera. Algo se notará en la cara, la intranquilidad en la espera del control, la sonrisa bobalicona o la forma de deshacerme de la bolsa.  Pero lo que yo además hacía-y no podía dejar de hacer-era preguntarme por las implicaciones de mi irracional acción. Así que cuando el gendarme del escáner me preguntó en varios idiomas, si era mía la mochila verde...

Por dentro me temblaba todo. Sin motivo real, ya que no había problema, solo tendría que dar explicaciones y esperar pasar lo más desapercibido.

Aunque por fuera, mi sonrisa tres cuartos, con la tonadilla muchas veces repetida del "Ye no compré pan " - pronunciación libre del "Je ne comprends pas"  sin moverme del sitio, con la consiguiente cola generada por el que escribe. 

Hasta que al fin apareció un equipo de balonmano por detrás, con sus risas y gran volumen, por lo que las preguntas del policía se transformaron en un movimiento rápido de mano para que sacará mis pertenencias de la cinta, por lo que fui hacia las puertas de embarque sin dar más explicaciones

 


Ahora escribo estas líneas, esperando al avión que ayer debió sacarme. No creo que sirva para mucho reclamar por la compensación a Tassili Airlines. He perdido el enlace internacional, así que mi objetivo es conseguir llegar hoy a Argel, si las moscas y las ausencias reiteradas de aire acondicionado me lo permiten.
Agotador.



1 comentario:

  1. Ey!
    Se te ha eliminado un parrafo con la segunda cola y la llegada del equipo de balonmano

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