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sábado, 5 de noviembre de 2016

El cielo en Argelia


Aunque aquí los cielos estén siempre claros, parece que siempre hay nubes que nos recuerdan que las cosas son distintas a lo que nos esperamos. Aún me cuesta creer, que no está aquí para consultarle, para preguntarle por lo cotidiano las cosas de casa del día a día, para beber una botella de vino juntos. Ese es otro cielo.

Mi momento favorito, en este lugar que está lejos de ser mi espacio favorito, es cuando la noche envuelve al desierto, de regreso a nuestro campamento. Mejor imposible. Peor no se puede. ¿O sí? El tremendo muecín te recuerda donde y que lejos estás.

El aeropuerto de Adrar. Otro cielo que recuerda mucho más a otro lugar. Al final te acostumbras a todo o a casi todo. No es noticia de periódico, ni los retrasos, ni las cancelaciones ni las moscas a cientos.
Los periódicos de casa son  más sensacionalistas: “cientos de personas “, sobre todo si no eres uno de los cientos. Cualquiera que no sea del botxo se reiría de la noticia.

 ¿Cuántas personas entran en un Airbus A380?  Cincocientos. 


Ampliemos con un poco más de cielo, esta vez el alemán. Para un mejor control de inmigración, sin pisar suelo europeo, dos rudos policías atrincherados bajo sus chamarras reglamentarias, nos controlan que tengamos la documentación en regla y nos hacen descender uno a uno a la desierta pista. El autobús se ha marchado con los priority. Son las cinco de la mañana, adormilados. No se aguantan los tres grados.Los minutos pasan. Saltitos. El cuello intentándose esconder entre los hombros. Los niños ya despiertos comienzan a llorar siendo más patética la escena. No lo aguanto. Intentó volver al resguardo del Airbus A320 pero no estoy autorizado. Nadie me sigue. Miradas cruzadas entre tripulación, policía y personal de pista. Indecisión. Como siempre, Lufthansa responde, comienza el reparto de mantas. El Capitan da la cara, ya ha contactado con los responsables. 
Al llegar a la terminal, con nuestro souvenir a cuestas, nos miran con caras raras. Inmigrantes argelinos recién llegados ¿habrán cogido con disimulo las mantas? Nadie dice nada. Unos la van dejando en la terminal. Yo me la he ganado. Listo para el top manta.


 

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