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lunes, 10 de octubre de 2016

Escapada otoñal por Londres: la ciudad de los puentes.

Hasta  este viaje  no me había fijado en la cantidad de puentes que atraviesan el Támesis, y la masa de gente que circula, mejor dicho fluye encima de ellos.
 
                 
Es una ciudad tan grande- el Grater London- que da miedo las distancias y no hay quien calcule los tiempos. Me parece que vamos siempre demasiado rápidos y siempre tarde. 


                


Ni tiempo para pararse a comer tienen. ¡Menudo imperio! Cuando la comida principal, la de fundamento, se hace en un banco mirando hacia el infinito, solo se te pueden ocurrir ideas de conquistas, peleas y demás hazañas bélicas. 


                 





Por otro lado, aquí, al igual que en Francia, me ha sorprendido la amabilidad de sus moradores. En el metro, en los restaurantes los camareros, los taxistas por las calles, la gente en las tiendas... parece que se han puesto todos de acuerdo en ser majos en el mismo fin de semana o es que nosotros también hemos cambiado. Por cierto, solo un pobre chico, manifestó alguna pequeña dificultad para entender nuestro acento - del centro- a la hora de preguntar una dirección y la repitió un par de veces pensativo, lo que fue la comidilla del viaje: 
- Es lo que hace Amama a los guiris-.  Decían entre risas, en lugar de preocuparse por el chaval, que les miraba duditativo.



                  
De los sitios, museos, barrios,...que hemos visitado lo que más nos ha gustado ha sido el Madamme Tussauds y sacarnos montones de fotos....sobre todo porque " the force is strong in my family" y no habíamos hecho colas.


Borough Market
                
 
Por otro lado, como suelen decir, no hay que fiarse de las apariencias y siguiendo la recomendación del recepcionista del hotel fuimos al Pub Doggestts Coat & Badge en South Bank. Por la parte exterior del local nunca recomendaríamos esa mole, pero el interior es lo que esperas de un bar inglés con vistas al río ( 1 Blackfriars bridge). Fue abierto por unos hermanos en 1873, por lo que también se llama Nicholson's Pub. No os voy a decir cómo se llamaban los hermanos pero si que es un sitio muy agradable para ir a cenar en familia, buena cerveza, buen trato y buena comida, sobre todo el fish and chips que pidió Santi, por lo bien frito y fresco del pescado, es el mejor que he probado nunca.


                      


Como Londres tiene de todo, también nos gustó el restaurante Memories of India en 18, Gloucester Road, Kensington. De entrantes (popadamus with pickles, onion bhajis), platos para compartir (chicken balti, lamb Rohan gosh, chicken tima masala) acompañado de pilau rice y naan bread (el que más nos gusto fue el de ajo).






Una bonita experiencia que quedó recogida en un cuaderno manuscrito por los tres mosqueteros.




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