¡Por fin! Todo llega, muchas cancelaciones y algunas bajas.
El objetivo inicial era ver el partido del torneo Seis Naciones, pero con los años de espera, se diluye. Solo nos queda el colorido de la hinchada escocesa.
Terzo Tempo |
Después de los viajes de trabajo en el extranjero, ahora también tocan los de placer. Se han hecho de rogar, pero ¡que maravilla! Es facil poner el cuerpo en modo disfrute.
A cada paso que damos, tengo la suerte de ir
reconociendo esquinas fotografiadas previamente. Fuentes y olores de anteriores
visitas. Recuerdos entremezclados. Me confundo de fechas y de acompañantes,
pero el fondo es el mismo. Un buen poso.
Menudas vistas desde la terraza del Hotel Genio. Esta vez,
tampoco defraudan. Muchos buenos momentos. Hay que volver a la calma y mandar a
la mierda, las dichosas aplicaciones de los teléfonos que nos facilitan la
movilidad y nos privan de algunos momentos de calidad.
Quizás las calles respiran mejor, con menos gente. Aunque hay más normas.
Sorprende el cumplimiento. Algunas insustanciales, como no dejarnos acceder a “imprescindibles
vacíos”, por la ausencia de reserva. Estúpida pandemia. Durante los encierros,
desde los fogones de casa, las especias nos teletransportaban al interior de
esta maravilla y ahora, a las puertas del panteón, me quedo sin poder entrar.
Falta de flexibilidad.
Séptima escapada, a la ciudad de las siete colinas. Vamos más rápido.
Seguramente, intentando abarcar más de lo que nos da el cuerpo. Con los años
que llevamos encima, aun unos aprendices. Momentos a la carrera. Algunas dudas:
¿no sé si hemos andado más que otras veces o es qué tengo que entrenar un poco?¿Se
puede hablar de abandono del centro histórico o es parte de su idiosincrasia? Después
de un par de días viendo doblar tobillos, comienzo a entender porque las
señoras, se olvidan los tacones de aguja en cualquier parte.
Calles que parecen que están de obras permanentes. Los profundos adoquines – sanpietrinos-removidos,
unos hundidos y otros levantados lo suficiente, para que sufra la musculatura.
Toda una prueba de habilidad. Si a eso, le añades las bicicletas y patinetes de
alquiler, que florecen como champiñones, supera fácilmente a cualquier yincana
o carrera de obstáculos.
En cuanto a lo visitado, me quedo con la Basílica di Santa Prassede. Con sus
dorados mosaicos y -según la tradición cristiana- con su porción de la columna
donde flagelaron a Jesus. La hemos rondado muchas veces, pero no la conocíamos.
Al estar cerca de Santa María la Mayor, pasábamos de largo. Cuanta historia
escondida y al alcance de la mano.
Hemos comido muy, pero que muy bien. Yo creo que hasta ha encogido un poco
la ropa.
Estoy salivando mientras intento plasmar algunas de las especialidades
seleccionadas: las albóndigas con pistachos del primer día, trippa alla romana,
tegamino di cervelletto d´abbacchio, las alcachofas fritas, tonnarelli cacio e
pepe y tantos otros platos , simplemente impresionantes.
Pero como hay que elegir, me voy a quedar con el restaurante Cipasso en Via
Metastasio, 21. El nombre de la calle, no
era nada halagüeño.
Nada más entrar, el comedor individual para la troupe, nos cautiva de
inmediato. Muy buen servicio, Amables todo el rato. Nada más probar su amatríciana
al cesanese, sé irremediablemente que será la recomendación gastronómica. Alegría
exultante. Hay que tener cuidado con los caldos.
Mezze maniche con guanciale, pecorino romano, pomodoro, vino rosso Cesanese, mousse di burrrata affumicata |
Un viaje de lujo, que espero repetir antes de que se terminen las especias. Hay que tener una excusa para añorar volver, a nuestra querida y caótica Roma. Aunque en el Campo di Fiori, Mauro no deja de decirme que no me preocupe. Él me las envía por correo.
No se da cuenta de que hay distintos métodos para medir el tiempo, siendo este, mi preferido. Si se terminan las especias es que llevamos demasiado tiempo sin regresar al que continua siendo, mi destino
preferido.
Esperemos que todo vuelva a la normalidad y
volvamos a vernos pronto.
Mauro, il fottuto padrone. lo zio più importante di Roma dopo Francesco Totti
ResponderEliminarFrancesco Totti, el histórico capitán de la Roma, se ha retirado tras 25 años vistiendo la misma camiseta y dejando un legado mundial, pero ...
EliminarMauro y su hermano Marco son el legado de más de 100 años de tradición familiar en Campo de Fiori. La primera vez que fuimos, hace unos 20 años, estaba su padre. La pandemia ha reducido considerablemente el puesto, pero el olor de la habitación del hotel después de las compras sigue siendo el mismo.
Es una pena que, con la reorganización, haya desaparecido la gran colección de recortes de periódicos internacionales -de primera clase- en los que se hablaba de sus especias.