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viernes, 1 de octubre de 2021

Regreso a Arabia Saudita

 

Viaje de recuerdos y de reencuentros.

Alguno hasta se alegra de verme, como el cocinero del campamento. Menuda ilusión le ha hecho. Cada noche me homenajeaba con una sorpresa. 

Han pasado muchos años, tres lustros en breve, desde mi primera vez en Saudí Arabia y se notan los cambios y mucho.



Ha bajado la sensación de peligro en todos los sentidos. 

Mi percepción es que están menos preocupados por la seguridad -no se ven esos nidos de ametralladoras, ni los controles de seguridad, e incluso- aunque no se salten un rezo-, también me parece que están menos estrictos en los temas religiosos. 
Como ejemplo, a la llegada, nada más aterrizar te encuentras con la eficacia de las mujeres de inmigración: rápidas al ordenador y amables o en la clínica para hacernos la PCR. 

Por cierto: ¡Un sindiós en la sala de espera! Ese despiporre de hombres y mujeres juntos era impensable en mi recuerdo. Algún día, cuando pase esto de la pandemia tendré que escribir sobre las tomas de muestras en los distintos lugares por los que estoy pasando, que dan para una entrada del blog en sí mismo.

Y se ha reducido notablemente el peligro en la carretera. La conducción se ha ralentizado, parece que se terminó por fin  “Los locos de cannonball”, al ponerse serios con los radares.


En lo referente a la gasolina, siguen quejándose del aumento del precio y eso que está a 2.18 chiflos el litro (a medio euro…), lo que les queda.

 


Una cosa que no ha cambiado es el paisaje, por el que me toca moverme.  Poco verde,  polvo, kilómetros de desierto que sólo altera su monotonía por las torres de los equipos de perforación y alguna que otra gasolinera con sorpresa.

 

Trono portatil a la derecha de la imagen







24 Safar de1443 según el calendario hijri, así que:  Feliz cumple. Te siento cerca y sé que no te pierdes una. Aún duele.


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