El viaje ha sido como en los 80, ventanillas bajadas y la radio a tope. Otra vez de camino hacia Francia, se nos estropea el aire acondicionado del coche. Estamos recocidos, el viento es lo único que refresca este bochorno.
Los
viajes a Francia son una gran parte de mi niñez. Momentos de compras: grandes
vicios, pequeñas fortunas gastadas en pitufos y en alguna que otro crep de
chocolate. Mi subconsciente me traslada a las meriendas en casa saboreando los Pépitos
de chocolate negro (con acento en la é) y el queso fresco liquido azucarado de
litro.
En Biarritz
en la escena cotidiana se palpa el lujo, mezclado con la despreocupación del veraneante
surfero. Desde el puerto viejo hasta la antigua residencia palaciega de la
emperatriz, todo queda bien en este ya no tan pequeño pueblo, formado por una
amalgama de casas de veraneo de personas adineradas.
En el “Port des Pêcheurs”,
no queda ni un bote de pesca y sus casas han sido reconvertidas en
restaurantes, pero te haces una idea de lo que debió ser esta bonita zona.Me
encanta el mar. Te puedes perder con solo mirar la línea del horizonte, hasta
que sientes cómo te mira a ti.
En cuanto a la recomendación
gastronómica, la verdad es que disfruté muchísimo de los Cervelle meunière de veau
ou beignets del Les Colonnes Restaurant Biarritz (4 Avenue Edouard VII). Unos sesos
de ternera, sin trocear. Sí, soy un sibarita. Aunque está vez, el servicio
bastante flojo para los precios en fin de semana. La camarera masticando
groseramente un chicle, se quedaba mirándonos como preguntándose: << ¿Estos
tíos no se van a decidir nunca o qué?>>
Mis hijos con toda su sabiduría,
no se lanzaron a hablar en francés así que terminamos tirando de mi inventiva.
Como le hacíamos tantas preguntas sobre el contenido de la carta, peor nos
contestaba…Al final, menos mal, se decidió por traernos el menú en castellano.
Como imagen, de la
escapada, me quedo con el abrazo rápido de complicidad que se dan al despedirse
los hermanos al recoger la pequeña maleta del coche y la mirada atrás. Parece que no estamos haciendo tan mal las
cosas.
Intentamos buscar entre Bidart y Biarritz el lugar de nacimiento del "txabal de 78 años" para sacarnos una foto, pero el GPS no quiso llevarnos. Otra vez será.
ResponderEliminarLa camarera era morena y delgada?
ResponderEliminarNos atendió a nosotros con la misma desgana
Entiendo que era la misma.
EliminarUna pena que el buen trabajo del cocinero sé devalúe por la entrega final en la mesa. Pero lo dicho, me gusto mucho la comida.