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domingo, 8 de noviembre de 2015

Laguna Corani y de regreso una de chicharrones en Sacaba


Están las entradas a la venta de Enrique Iglesias, en el hotel donde duermo cuando estoy en Cochabamba. Tocará en el estadio Félix carriles las canciones de su tour Sex and Love 2015. La ciudad está volcada. Se escucha a todas horas el " Yo sin ti". 

Enfrente del estadio, una pintada me hace reflexionar sobre el nombre del disco. No sé por qué pero me quedo con el salón de té. 

Por cierto, el día que él llega, yo salgo...así que sintiéndolo mucho, no podrá disfrutar de mi compañía. 



Al medio dia, nos tomamos un taxi que nos lleva tras dos horas (unos 70 km)  a la laguna Corani.



La niebla del embalse- que provee de agua y energía a Cochabamba- le dan un aire de tranquilidad.



Los agricultores animando a los bueyes en las tareas de labranza, las huertas de patatas hasta el borde de la laguna, los pescadores con sus útiles sacando las truchas, la niebla intentando ganar terreno al agua y al final el sirimiri.


Tiene que ser una zona dura para vivir. Una vuelta a lo natural que tan de moda está, aunque aquí, no creo que sea por propia voluntad.

Es una pena que el embrujo, se pierda entre tantos restos de plásticos-sacos que aparecen donde se ha retirado el agua.

Recomendación gastronómica:  Chicharrón

De regreso, nos paramos a probar uno de los  platos típicos de Cochabamba. El local se llama Chicharrones Originales (km 7 de la avenida Villazón, en Sacaba)  y la cola que hay que hacer para ser servidos nos auguran una buena comida. 

Tras muchas preguntas, mientras espero mi turno, puedo disfrutar de la cocina en vivo. Unos grandes hornos de leña sobre los que se colocan,  unos pucheros que se  llaman pailas en los cuales se fríe en la propia grasa del cerdo -con chicha (bebida de maíz) y sal - la carne, el tocino y la piel.


Es todo un espectáculo pero no para escrupulosos. Te sirven con las manos – no sé cómo aguantan el calor – y se come con las manos. Se me ocurrió la brillante idea de pedir un cuchillo para cortar "el cuero"… y aunque me lo dieron, me miraron como si fuera un tiquismiquis. 

El plato  es inmenso, no podemos terminarlo, es para dos personas que coman bien, y que además ese día estén hambrientos. Además de todos los sacramentos, te lo sirven con mote (grano de maíz hervido), sus papas hervidas y una salsa picante llamada llajwa

 A la hora de degustarlo, el plato reclama a gritos un buen vino de altura para disolver tantos manjares, pero la perfección no existe.

 

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