Una muy buena elección la visita a la última bodega vertical – 5 alturas diferentes- en activo en el centro de Haro (Calle cuevas 32). Aprovechándose de las condiciones del terreno, la familia Gurpegui Muga, mantiene la Bodega Berceo, como una reliquia del pasado, desde los jardines con las distintas vides y las Tuferas en la parte superior hasta las antiguas galerías medievales donde están almacenadas las botellas para el disfrute.
Javier- el buen amigo de Ernesto- tiene la paciencia suficiente para explicarnos todo el proceso y disfrutar de una cata de vinos que nos sorprende gratamente, por la cantidad y calidad del vino. A medida que abre botellas, se rompen barreras. Un placer, aunque le sorprende que me decante por el vino más joven- Viña Adrián- , con fuerza y carácter.
A 300 m del barrio de las bodegas el Hotel los Agustinos, muy agradable, lo más acogedor es el claustro, cubierto y climatizado, conservando las inscripciones realizadas por los presos.
Conseguimos salir de la calle de la herradura, a pesar de las tentaciones. Hasta realizamos visita cultural a la Iglesia de Santo Tomas Apóstol.
Recomendación gastronómica, sin dudarlo. La menestra de verdura (11 € ) y el cordero asado (18 €) del Terete, para perder los sentidos.
Riquísima la menestra de verdura!
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