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domingo, 18 de enero de 2015

Abu Dhabi- remedio de santo para quitar el constipado


Buscando el calor, para intentar quitarme la tos que arrastro desde hacia más de cuatro semanas, fui rumbo al desierto.


 Tras un bonito despegue, me acomodé en mi asiento reclinable hasta su posición cama. Todo en orden: tapones para el ruido, antifaz, ropa floja, manta y almohada.  Mi intención era clara, aprovechar las poco más de 6 horas de “sueño potencial” que disponía en el vuelo hacia Abu Dhabi. Para ganar tiempo…hasta había cenado en el aeropuerto.


¡Cabin crew, please be seated!- Entiendo por la megafonía. 


Mi subconsciente hace que apriete el cinturón de seguridad. No reacciono más. El avión desciende bruscamente cayendo a peso muerto. Ruidos y gritos.  ¡Como aprieta el cinturón!. Posiciones corporales increíbles.

Tras la calma relativa- se escucha algún lloro- incorporo mi asiento y veo que de compañera tengo a una azafata sonriendo. Pobre, lo que le espera. Las turbulencias les han pillado en medio del servicio a bordo, así que las bandejas han saltado por los aires.  

Ella le quita importancia, son turbulencias moderadas. Pero no se mueve del asiento hasta que dan la señal desde la cabina. La más moderada, en un avión comercial, que yo recuerde.

Puntual y espaciadamente, turbulencias menores, nos acompañan hasta el aterrizaje. No consigo conciliar el sueño. Pero no creo que haya sido el único.





Cuando me recogen en el aeropuerto, no tengo mi mejor cara. Por lo menos no hay atascos. Directo a la oficina para realizar los trámites para obtener el OFSP security pass.





Camino del campamento, son casi dos horas, intento disfrutar del paisaje, pero más de una vez me despierto entre cabezada y cabezada. Otro tipo de turbulencias.





Algún día tendría que hacer unas reflexiones sobre la relación entre la cultura de un país y las revistas de las gasolineras. Todo un mundo.

 

 

 

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