Como no me gusta estar más del tiempo imprescindible en la habitación con la visión de la maleta y el mobiliario de los hoteles impersonales, me he visto lanzado a pasear por las calles de Volgogrado, tomando como referencia para el regreso una famosa M.
Por mucho que las grandes compañías tengan una gran presencia, aún les queda mucho recorrido, aunque si te fijas un poco, me podría comer el mismo bocadillo en todas las grandes ciudades del mundo, pero sería una inadecuada elección.
El calor y la humedad durante el paseo me han hecho ir siguiendo las fuentes y las sombras, hasta que me han llevado sin saberlo a un planetario o museo de las estrellas. Me he asomado por la puerta y me he visto enfrente de una taquilla.
Una vez pasado al recibidor principal, estaba todo con puertas cerradas, y no había mucho que ver. Me seguía una señora diciéndome que no, pero ya me había cobrado la entrada- nada económica para lo que es Rusia, pero…Tras mandarme al jardín, que no había nada que llamara mi atención, he vuelto a la sala y he conseguido entender que las visitas son en grupos… y que grupos! Todos unidos, sin separarnos.
Si dicen círculo, aunque no entiendas hay que hacer un círculo para ver lo que te explica y no se te ocurra moverte, porque te dice algo y todos te miran.
Ha sido una lección de orgullo, mucha bandera en la luna. El triunfo sobre los “amercianis” en lo referente a la carrera espacial, lo he entendido al ver las burlas que me hacían los niños. Por cierto el Sputnik que lanzaron en 1957 por la Unión Soviética, es enano, del tamaño de una pelota de baloncesto.
No me han dejado salir en la proyección de las estrellas. Habrán sufrido mis ronquidos los que me rodeaban, porque se me ha pasado demasiado rápido la hora...
Angelote el antisistema jajajaja!!!! Bien por ti jeri
ResponderEliminarJua jua... nunca hubiera opinado eso, anti qué?
ResponderEliminarBuena la eme ?
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