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domingo, 5 de marzo de 2023

Escapada por Buenos Aires

Fíjate por donde, no hay mal que por bien no venga,  los vuelos nos obligan a cambiar de aires, de una zona a otra de la ciudad. Cambio de aeropuerto. Ya que la escala es de las dolorosas, con muchas horas de espera, optamos por parada técnica, con la maleta en mano, en el barrio de Recoleta. 

Camuflado esta vez, de típico turista -con visera con propaganda, pero orgulloso de lo disfrutado en la bodega mendocina-, recorriendo las calles supervigiladas por cámaras de seguridad. Según dicen, el barrio de la Recoleta, es la zona tranquila burguesa. Al menor incidente, aparecen coordinados, de la nada, un puñado de policías.

Parada y fonda en el restaurante “Rodi Bar”, (Vicente Lopez 1900). Local familiar repleto de fotos de personas famosas del barrio, con una larga carta - por lo que el amable camarero tiene que  decidir otra vez por mí.  Mientras, en la tele, retrasmiten un partido donde me sorprende, el uso incontrolado de bengalas dentro del campo, entre los aficionados. Los locales, van entrando poco a poco para reservar cena, partido a la noche del "Boca". Tienen buenas vibraciones.  

De mientras, escapada al cementerio de la Recoleta, un buen ejemplo de los tres -o más- tipos de cambio de plata. Los que son de Buenos Aires, entrada gratis, los que trabajan o son estudiantes en Argentina, pueden pagar en metálico y los extranjeros, solo con tarjeta de crédito ($2030). Me lo han intentado explicar, pero es difícil, mejor dicho, misión imposible. Un mismo billete, que según quien sea el que lo tiene, le cuesta más o menos conseguirlo, sin entrar al cambio no oficial, que es con lo que pueden sobrevivir la población, para aguantar el 100% de inflación del último año.

 

En la tumba de Liliana, lo que da suerte es tocar la nariz del perro,... no como en Munich 

El cementerio está organizado como una pequeña ciudad con sus plazas y calles, donde las casas son los mausoleos. Parece que no es la mejor hora para visitarlo, el sol golpea con ganas y hay previsión de lluvias, por eso igual, solo igual, no hay las colas y la gente que me esperaba.  Seguir el “juego de pistas” con un incompleto mapa, para localizar las tumbas recomendadas es interesante. Ver arte y lo que queda de personajes históricos, grandes protagonistas de la historia Argentina (Evita Perón, Adolfo Bioy Casares…) Hay que vivir cada día, luego solo somos ruinas. Se nota que algunas familias no están pasando por su mejor momento, ya que se les están cayendo los mausoleos por falta de mantenimiento. Después de insistir un poco- solo un poco- me muestran la tumba del coronel José de Olavarría que, según cuenta, salvo la vida al fundador de la próspera ciudad argentina y murió sin descendientes, donando todos sus bienes a la municipalidad, ya que al otro lado del charco, los familiares escribían el apellido con b (alta). La importancia de la b y la v. Siempre se lo he oído contar a la abuela.



Hacia el aeropuerto, visita guiada por el taxista, muy curioso la historia de cómo se salvó el Edificio del Ministerio de la Salud y de Desarrollo Social, cuando todo el resto de manzanas fueron derrumbadas para poder ampliar la avenida principal. En el edificio, además del curioso monumento a la corrupción – parece que el arquitecto estaba harto de las mordidas, se ven las dos caras distintas en los murales de Eva Perón, hacia la zona rica, hacia el norte,  con el micrófono, la Eva combativa y hacia el sur, la visión de la santa con el “mollete” la Eva de los humildes.

Hay que volver con calma, se me ha quedado en el tintero probar la famosa pizza fugattzzeta con cebolla y queso. Imperdonable.


El aeropuerto, desesperante. Calcular mas de una hora de colas para tramite comprobación pasaporte. 

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