Gracias al GPS, terminamos en este embalse de la época franquista
a las afueras de Madrid mientras buscamos como llegar al valle donde está todo
tirado.
Realmente un lugar tranquilo, donde debe ser fácil relajarse
pescando alguna trucha, pero sin usar cebos prohibidos, que para eso está
señalado en cada acceso.
Parece mentira, lo difícil que es llegar sin saber el
camino. Una fecha acertada para una obra tan impresionante en Cuelgamuros, Hoy
en día siguen las tumbas con flores frescas.
Impresionante, la construcción dinamitando la montaña y algo más.
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