El objetivo de los cuatro mosqueteros de conseguir llevarnos el autentico acero toledano, se vio truncado por la perversa bruja.
Una pena que no nos dejaran hacernos con la autentica espada del Cid Campeador o de algún famoso de película como el malvado Jack Sparrow, o del mismísimo Conan el bárbaro.
Nos sorprendieron las vistas del conjunto histórico, la bonita catedral y la cantidad de banderas, sobre el impresionante Tajo que protege la ciudad. Tenemos que volver para recorrer la judería con calma
Al final se nos quedo en un paseo por Toledo en el que descubrimos el bar el Gallo, disfrutamos de su menú, que contenía entre otros manjares unas pochas con perdiz que reanimaron nuestros cansados cuerpos.
Hola, muy interesante tu blog. ¿te parece si enlazamos los nuestros en nuestras respectivas páginas? :-)
ResponderEliminarApetece ir. Felicidades
ResponderEliminarNos gusto el Bar el Gallo, muy amables, céntrico pero apartado
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