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jueves, 18 de diciembre de 2025

Qatar - National Day

Ha sido una semana de trabajo intensa, de esas que llegan a final de año, cuando las fuerzas empiezan a flaquear… Te escribo estas líneas desde Coslada. Los retrasos por las lluvias en Doha que retrasaban los aterrizajes hicieron que perdiera el enlace a casa. Menuda noche. 


Lo mejor del viaje, ayer, una recompensa perfecta: disfrutar de los eventos del Día Nacional de Qatar. Banderitas por todas partes.

Nos habían advertido que llegáramos temprano porque cerraban los accesos, y yo imaginaba atasco, colas de coches y buses… pero era aún peor. La policía, a más de un kilómetro, en los cruces de las avenidas, mandando parar a todo el mundo con un “¡Ya ha dado la hora, no se puede pasar!”.

Menos mal que decidimos seguir a un qatarí decidido —al que los agentes no lograron amedrentar— por callejuelas secundarias, esquivando controles, hasta llegar justo al lugar donde los participantes aguardaban su turno para salir a la Corniche con porte marcial.


Y sí, valió la pena vencer la pereza y no quedarse en la cama, que era lo que más apetecía. Nunca hubiera imaginado estar en primera fila del gran desfile. Eso sí, hubo que camuflarse un poco, al estilo "Hernández y Fernández", ¡con la escarapela bien visible en el pecho!



Alucinante la muestra de poder y orgullo del país. Los cazas rugiendo en el cielo escoltando a aviones mayores, helicópteros de guerra sobrevolando bajo, uno tras otro —decenas y decenas—, y todas las Fuerzas Armadas desfilando: desde los que parecen “osos de la Guerra de las Galaxias” hasta los de camuflaje especial y los hombres de negro, todo para la noche. Un espectáculo muy visual y patriótico a lo largo de la Corniche. Una exhibición que, sin duda, era para que se viera más allá de las fronteras, después del año intenso que han tenido.

Luego, para volver —ya sin nuestro guía improvisado—, nos tocó esperar a que pasaran los coches VIP, los no tan importantes de las embajadas… Tardamos una hora en regresar, pero la fiesta continuó en el hotel con tambores, bailes y demás charangas de fiestas populares.

Como bien sabes, yo me apunto a un bombardeo: me puse el disfraz, pedí el pájaro para la foto —un precioso ejemplar de halcón peregrino— y fue curiosa la cara de la fotógrafa cuando le dije: “Quiero la foto con el pájaro”. ¿“Pájaro”? Y yo, señalando a lo lejos a otros huéspedes del hotel que observaban tímidamente al imponente animal. Aquello abrió la veda: todos se animaron a sacarse fotos. Ya sabes, no hay nada mejor que carecer de sentido del ridículo, ¡y a mí de eso me sobra! En las fotos, en lugar de parecer un jeque, salgo como el paje de los Reyes Magos. Al final, otro bonito recuerdo que me llevo.

 

La recomendación gastronómica, en el coqueto” Souq Waqif”, ya soy un experto en manejarme en el metro. Nos sentamos en el balcón del primer piso del restaurante Layali Al Qahira, respirando el ambiente relajado (al día siguiente era la fiesta nacional y las calles bullían de qataríes). Muy buenos los sándwiches de carne (Hawawshi), los pinchos morunos de carne picada, y deliciosa carne a la brasa (Shish Kebab y Kofta), y tirado de precio comparado con el hotel.

2 comentarios:

  1. Coincidiste con la FIFA ARAB Cup ¿había ambiente en Doha?

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  2. Siiiiii, un poco locura. Antes de los partidos cortaban la autopista para el regreso de la obra al hotel y había que estar muy atento para no quedarte atrapado.

    Pero, por otro lado, había muchísimo colorido. En la zona del Lusail Stadium (la primera foto donde el tiburon) montaron una exposición con stands de todos los países participantes, con vídeos promocionales y bailes en directo. También había otras zonas donde entrevistaban —creo que a jugadores, aunque yo no conocía a ninguno— y zonas con juegos tanto para niños como para no tan niños....más de una foto me saqué con las mascotas!

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