Rodando por los aeropuertos, con la maleta a cuestas, siento que nada ni
nadie puede detenerme. Como si estuviera protegido por una gran y brillante
armadura, otro viaje intenso, rodeado de peregrinos apenas cubiertos por su
ihram. Por cierto, algunos podrían considerar usar una toalla un poco más
grande.
Una semana intensa, depurativa, en Arabia.
Cómo ha cambiado todo en estos más de quince años en el
Golfo. Cuando comencé a interactuar con los chinos, era un desafío. Ahora
siento que hasta me vacilan de manera oficial:
—Mi nombre es Chan —me dice con cara seria—, Chan Pan.
En un país donde aún se persigue el consumo de alcohol,
esto no deja de ser una ironía. Como dirían en las malas películas,
"basado en una historia real", en plena obra, me dejó un poco
descolocado. Me hizo tanta gracia que ni puse la observación en el informe.
De despedida, una celebración por todo lo alto: Arabia Saudita organizará el
Mundial de 2034. En Al Khobar, la locura se desata. Menos mal que fijé el
precio y no tomé un taxi convencional. Cientos de coches salen a las calles
para celebrar y bloquear las principales arterias de la ciudad. Calles
cortadas… menos mal que no hay cerveza para acompañarlo.
En cuanto a la recomendación gastronómica, me lo ponen fácil. Y lo mejor: en
el mismo hotel donde nos alojamos, el Movenpick.
Como dice la propaganda: "Disfrute de la exquisita cocina india".
"Tenga la oportunidad de conocer al chef Vineet Bhatia, galardonado con
una estrella Michelin". Parece que las estrellas me persiguen, ¿y quién
soy yo para negarme?
Creo que es el mejor "Chicken Masala" que he comido nunca.
¡Riquísimo!
Otro mundial distinto, igual al final dejaran de serlo
ResponderEliminar.¿cómo se llama el restaurante?
Restaurant Maraja ,
Eliminarcomo el del cuadro
Aupa Athletic !!! Por aquí brillan las estrellas de Belén y ordas de gentes a ver el despilfarro energético basado en una mentira real.... Ganas de verte pues
ResponderEliminarMentira real?
EliminarTe refieres al nacimiento de Jesús o al consumo de las bombillas de navidad del bloguero?
A la confabulación crucífera que arrasó con nuestro pasado pagano en detrimento de nuestra celebración solsticial. El blogero es un diosescristo, el mejor
ResponderEliminarPuedes empezar tú a firmar como Txako Li, no?
ResponderEliminarMuy bueno
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