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lunes, 13 de julio de 2020

Apuntes de navegante

Viento en el morro, no hacemos ni cinco nudos- Su cara lo dice todo, nos espera una larga travesía hasta llegar a donde quiera que tiene marcado su rumbo, siempre al norte.
La marejada hace ver que el Capitán es un hombre de palabra. Lo que parecía una fanfarronada, se convirtió en una realidad. "El barco no vuelve a puerto por mucho que devuelvas."

 ¡Como sube y salta! - Cuando no toma bien la ola, el golpe contra el agua parece que algo se rompe. Sobre todo mi moral. Me recuerda a otros viajes por otros mares. Pantocazo tras pantocazo, -siempre se aprende algo- parece interminable. 

Ver tan pronto al experto sobrino agarrado a sotavento, dando todo lo que tiene dentro,...Me hace presagiar lo peor, queda mucho norte. Muchas horas, demasiadas devolviendo cuando ya no le queda nada que tirar, demuestran que también es un hombre duro ¡qué aguante! Ni una queja, sabe que solo le queda eso, aguantar, sabiendo que no se le va a pasar. 
Santana Beria trabajando. No se ven los barcos de recreo

 Al final, consigo domar el mareo a base de seguir las instrucciones recibidas al pie de la letra:

  •  biodraminas con cafeína cada cuatro horas
  •  la receta culinaria: tener el estómago siempre lleno
  • permanecer en el centro del velero, firme, de timonel y 
  • el cerebro fijado en el horizonte, buscando los famosos cetáceos del Golfo de Bizkaia.
El primer sonar del carrete, -mientras un cuarto de la tripulación sigue devolviendo- nos alegra el día, y nos hacen sacar lo mejor. El cambio de rumbo hace que el velero se dulcifique y los peores temores se alejan poco a poco. 

 Los Zifios de Cuvier, cuatro ballenas de color gris nos demuestran la grandeza del mar. Qué rápido nadan, con sus cabezas blancas saliendo a saludarnos. 

 Tras muchas horas, buscando las marcas de anteriores capturas, pone rumbo a puerto. Cuatro horas de silencio, no hay más barcos, hasta la radio se relaja. El barco se deja lanzar por las olas, disfrutando del nordeste, rumbo a un descuartelar, lanzados y silenciosos, navegando a muerte a más de siete nudos.

4 comentarios:

  1. Don Arturo también es navegante, te puedes animar a mientras no navegas escribir novelas. Igual es una habilidad escondida ...

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    1. Miedo me das....
      Y a los dos nos gusta el capitán de la marina mercante Archibaldo Haddock,

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