Muchos recuerdos en nuestra bolsa de viaje, ya son muchos juntos desde el 2011… muchas risas y más de una bodega encima. Ahora al pensar qué escribir para recordar nuestra última escapada a Sevilla : "La lluvia en Sevilla es una pura maravilla...". My Fair Lady, no tenía razón, pero a mal tiempo, buena cara y lo hemos vuelto a hacer; disfrutar de cada momento con la gabardina, el paraguas y con el aroma de balde de fregona húmedo.
Pero las
grandes risas, la anécdota que contaremos una y mil veces, nos esperaba en la
capillita del Carmen, bajo el puente de Triana. ¡Por 1,50€!! Dos tontos muy
tontos, chaparrada y toque de campanas.
-
Perdón,
¿qué es esto?
-
Pan – Dice el
tabernero
-
Ah... pensaba que era mollete.
- Si lo sabía, ¿pa' qué pregunta? Suelta con el tono justo al borde de la broma
Después de
la siesta, al Museo de Bellas Artes, un lugar de 10 para protegerse de la
tormenta Claudia… tronchándonos como insustanciales con las cajas de las
consignas.
Murillo está bien, pero tantos cuadros de tiñosos que solo con verlos te empezaba a picar todo... Zurbarán, algo menos intenso, pero especialista en pintar santas pomposas con trajes de lujo. La lección del día: si tiene alas y mata al dragón, es el Arcángel San Miguel; si no tiene alas, es San Jorge.
Callejeando
de noche por La Calle de la Vida, entre los tunos que seguro que algo tienen
que ver con la lluvia…nos topamos con la famosa reja del diablo, una verja sin
soldaduras de la que un emocionado sevillano nos cuentan que por ella se
asomaba su padre de muchacho… Mientras, en el balcón de arriba, un tipo con
cara de pocos amigos – no son horas para tanta historia- nos miraba.
La visita a la Plaza de España, un momento de sol, para poder ver las diferencias en las calidades de los azulejos, cosas de las prisas en las obras… es bien bonita, aunque esté sin agua y sin botes para demostrar nuestra pericia.
La
recomendación gastronómica es “El Disparate”. ¡Con cuidado de que no te sitúen
en la zona de co-working! Riquísimo de aperitivo Ensaladilla de gambón al
ajillo, el carpaccio de alcachofa con parmesano, jamón y pistacho. Y de los
cuatro platos principales que pruebo, me quedo con el Calamar thai con crema de verduras, curry
verde y leche de coco. Y fuera de carta, el cocido : manos de cerdo deshuesado
con garbanzos.
Después de
un estudio exhaustivo del precio de la tapa por Sevilla: Ojo cuidado la rodaja
de salchichón a 1€, si hay que recomendar algún bar más, para la lista:
-
Bar “el Peregil”
con g, pequeño pero con un toque
especial. Y sí o sí hay que probar los Buñuelos de camarón, wakame y
ortiguilla. Donde nos preguntan a la hora de pagar quién lleva los “jurdeles”.
- Jamón en el Bar las Teresas, tuvimos que
repetir, la ración se nos quedó corta en la barra. Aunque el de “La cocina del
Traca” en un barrio más familiar y menos turístico, no se quedaba a la zaga.
-
Los riñones
del Rinconcillo, un bar con más de tres siglos donde aún apuntan la cuenta con
la tiza en la barra gastada de madera.
-
La bodega
de Santa Cruz, donde nos enseñan a encestar la propina a tres metros de
distancia.
-
Las alcachofas de Casa Román riquísimas pero
las llaman : Flores de alcaucil salteadas con jamón ibérico , como para
encontrarlas en la carta.
Habrá que volver, porque, como bien pone en Sevilla por todas partes:
NO madeja DO comprar de todo …




Ni la frase original se cumple - The rain in Spain stays mainly in the plain
ResponderEliminarPocas tabernas
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